viernes, 2 de septiembre de 2011

El ferrocarril


Que de lo sublime a lo ridículo no hay más que un paso suele ser cierto. Fue el caso del acto político electoral que tuvo lugar entre Concordia y Salto como parte de la campaña de la Presidenta argentina con miras a su reelección. La entrevista con José Mujica le vino como anillo al dedo. Allí estaban para recibirla en suelo uruguayo las más altas autoridades de nuestro país. El eslogan lo daba el nombre del ferrocarril que cruzó el Río Uruguayo: "El tren de los pueblos libres". Concretamente, el gobierno uruguayo está jugado a favor de una candidatura presidencial argentina para los comicios de octubre y la candidata habló con fervor de la hermandad entre ambos países, preguntándose porqué razones absurdas se había alterado en los últimos años. Lamentablemente no estaba quien fuera su cónyuge para darle la respuesta. Además interfirió sin pudor en nuestra política al darle realce a la bandera del Frente Amplio como similar a la de Artigas, aunque el parecido es con la de Otorgués.
Entre los acordes de la marcha peronista llegaba el intercambio de atenciones. La visitante obsequió a su anfitrión con un poncho típico con los colores de Boca, y éste se olvidó de llevarle gladiolos de su cosecha que nada tienen que ver con la floricultura japonesa a la que se le atribuyó recientemente una antigua adicción.
Así se agotó la visita de la cual se ha dicho con razón que no le aportó nada importante a las relaciones de ambos países. Nada del dragado del río, nada del precio del peaje por la energía comprada a Paraguay, atravesando territorio argentino, nada que nos afecta e interesa de la relación bilateral. Solo que somos buenos anfitriones y generosos en el favor.
¿Sirve?

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