Ferrocarriles del Paraguay SA (Fepasa) asegura tener la recomendación y el apoyo del MOPC para rehabilitar en el transcurso de este mismo año el llamado Tren del Lago, que hasta 2009 hacía viajes turísticos entre Asunción y Areguá. También hay planes de mover el tren en Sapucái.
Para lograr hacer llegar de nuevo el tren turístico hasta Areguá, se precisa reparar el puente ferroviario sobre el arroyo Itay, en la zona de Ñu Guasu, y cambiar por lo menos 3.500 durmientes en el trayecto utilizado, además de solucionar el daño causado por una obra del hotel de la Confederación Suramericana de Fútbol (CSF), según explicaron ayer directivos del ferrocarril.
En el caso de la reconstrucción del puente ya se tiene un proyecto apoyado por el Viceministerio de Transporte, ya que es el mismo Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) el que ha dado las directivas para recuperar ese servicio, dijo el titular de Fepasa, Marcelo Wagner.
Añadió que como las partes originales del citado puente han sido robadas, para reemplazarlas se utilizarán las de otra que había sido sacada de la zona de Artigas y Perú y que está sin uso.
Lo que sí o sí necesitará de una inversión es el cambio de durmientes, pues teniendo en cuenta que tienen un costo unitario de G. 125.000, se debe conseguir casi G. 430 millones, que por ahora aparentemente no está al alcance de Fepasa y para lo que también pedirá posiblemente la ayuda del MOPC.
El tren turístico, que está parado desde finales del 2009, solía salir de la Estación Botánico en Asunción para llegar hasta la de Patiño en Areguá, con frecuencias reservadas solamente a los fines de semana.
Lo referido al hotel de la CSF es que en ese sitio levantaron las vías sin permiso de Fepasa para construir un desagüe y no se tiene la certeza técnica de que una vez que se repongan los rieles, el sitio pueda aguantar el peso de una locomotora.
El caso de Sapucái
El presidente de Fepasa, así como el síndico de la empresa, Hugo Villalba Urizar, hablaron igualmente de los planes existentes para Sapucái, donde también se trabajará en la puesta en marcha de una locomotora con fines turísticos. Aclararon que es por iniciativa de la ciudadanía local, organizada en torno a la recuperación de las históricas instalaciones ferroviarias del lugar, que propuso hacer rodar de nuevo el tren en un tramo de 1.500 metros, cerca de los talleres y el “barrio de los ingleses”.
Wagner indicó que para reparar una de las locomotoras de Sapucái necesitan de unos G. 70 millones, que hay que gestionar en alguna parte, pues se deben reparar los caños de la caldera del sistema a vapor.
Fuentes técnicas dijeron a nuestro diario que en este caso, la que está en mejor estado es la locomotora N° 151, que funcionaba hasta finales del año pasado. Hoy le faltan 58 de los 205 tubos de hierro con los que opera su caldera y que deben ser repuestos obligatoriamente.
Aporte de los japoneses
La Embajada del Japón aportó US$ 95.000 para una primera etapa de recuperación y preservación del patrimonio ferroviario en Sapucái, y recientemente se terminó el proyecto global a un costo de aproximadamente G. 60 millones, según fuentes de Fepasa. El resto del dinero se está usando en restaurar las casas del llamado “barrio de los ingleses”, aunque se teme que el fondo apenas dé para recuperar los techos, debido al aumento de los precios de los materiales necesarios y de la mano de obra. Hay diversas organizaciones y entidades dispuestas a colaborar con ese emprendimiento de los pobladores, entre ellos el Centro de Industriales Metalúrgicos (CIME), que ayudaría a preservar los talleres.
En el caso de la reconstrucción del puente ya se tiene un proyecto apoyado por el Viceministerio de Transporte, ya que es el mismo Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) el que ha dado las directivas para recuperar ese servicio, dijo el titular de Fepasa, Marcelo Wagner.
Añadió que como las partes originales del citado puente han sido robadas, para reemplazarlas se utilizarán las de otra que había sido sacada de la zona de Artigas y Perú y que está sin uso.
Lo que sí o sí necesitará de una inversión es el cambio de durmientes, pues teniendo en cuenta que tienen un costo unitario de G. 125.000, se debe conseguir casi G. 430 millones, que por ahora aparentemente no está al alcance de Fepasa y para lo que también pedirá posiblemente la ayuda del MOPC.
El tren turístico, que está parado desde finales del 2009, solía salir de la Estación Botánico en Asunción para llegar hasta la de Patiño en Areguá, con frecuencias reservadas solamente a los fines de semana.
Lo referido al hotel de la CSF es que en ese sitio levantaron las vías sin permiso de Fepasa para construir un desagüe y no se tiene la certeza técnica de que una vez que se repongan los rieles, el sitio pueda aguantar el peso de una locomotora.
El caso de Sapucái
El presidente de Fepasa, así como el síndico de la empresa, Hugo Villalba Urizar, hablaron igualmente de los planes existentes para Sapucái, donde también se trabajará en la puesta en marcha de una locomotora con fines turísticos. Aclararon que es por iniciativa de la ciudadanía local, organizada en torno a la recuperación de las históricas instalaciones ferroviarias del lugar, que propuso hacer rodar de nuevo el tren en un tramo de 1.500 metros, cerca de los talleres y el “barrio de los ingleses”.
Wagner indicó que para reparar una de las locomotoras de Sapucái necesitan de unos G. 70 millones, que hay que gestionar en alguna parte, pues se deben reparar los caños de la caldera del sistema a vapor.
Fuentes técnicas dijeron a nuestro diario que en este caso, la que está en mejor estado es la locomotora N° 151, que funcionaba hasta finales del año pasado. Hoy le faltan 58 de los 205 tubos de hierro con los que opera su caldera y que deben ser repuestos obligatoriamente.
Aporte de los japoneses
La Embajada del Japón aportó US$ 95.000 para una primera etapa de recuperación y preservación del patrimonio ferroviario en Sapucái, y recientemente se terminó el proyecto global a un costo de aproximadamente G. 60 millones, según fuentes de Fepasa. El resto del dinero se está usando en restaurar las casas del llamado “barrio de los ingleses”, aunque se teme que el fondo apenas dé para recuperar los techos, debido al aumento de los precios de los materiales necesarios y de la mano de obra. Hay diversas organizaciones y entidades dispuestas a colaborar con ese emprendimiento de los pobladores, entre ellos el Centro de Industriales Metalúrgicos (CIME), que ayudaría a preservar los talleres.
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