El Museo del Ferrocarril de Galicia, en una jornada de puertas abiertas, reunió a aficionados de toda España a los "trenes de jardín"//Los pequeños viajaron en locomotoras a escala
"El tren grande hace más ruido y es más rápido, pero este es más divertido, aunque algo incómodo". Así se expresaban Alejandro y Carla Díaz, dos chavales de los muchos que ayer viajaron en uno de los minitrenes que, procedentes de toda España, se dieron cita en la jornada de puertas abiertas promovida por el Museo del Ferrocarril de Galicia, con sede en Monforte de Lemos.
En las instalaciones ferroviarias del museo monfortino, gracias a una docena de aficionados al mundo de los llamados trenes de jardín, decenas de pequeños y mayores revivieron ayer, en una recreación a escala, el mundo ferroviario de los tiempos dorados, el de principios de siglo pasado, cuando imponentes locomotoras de vapor tiraban de los trenes.
A la voz de ¡Viajeros al tren!, Monforte volvió ayer a una época del ferrocarril que ya es historia, pero que gracias al museo se mantiene viva. Y es que en el circuito ferroviario de época a escala del exterior del museo, por el que pueden circular, a lo largo de más de un kilómetro, trenes en miniatura de cinco pulgadas, se recrea con todo lujo de detalles ese desaparecido mundo del ferrocarril.
Juan Gayoso, secretario de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Galicia (Amuferga), organizadora de la jornada junto con los Carrileiros da Foula de Ourense, recordaba "lo que perseguimos es recrear, a escala y en vivo, el funcionamiento de un tren, con las señales, el centro de mando, la estación con su despacho de billetes, factores, jefe de estación, cambios de vía manuales e incluso una pequeña rotonda para el cambio de sentido de las locomotoras".
Gayoso añade "en esencia tratamos de revivir, preservar y difundir el mundo del tren de sus primeros tiempos, muy diferente al actual ferrocarril".
Y es que en la recreación, que hizo las delicias de pequeños y mayores nostálgicos del mundo del vapor, no faltó el jefe de estación con su uniforme azul, visera roja, silbato y bandera para dar la pertinente salida a los trenes de la pequeña estación. Fue Germán López Quiroga, un ferroviario monfortino ya jubilado, el que interpretó el papel a la perfección.
Tampoco faltó el despacho de billetes, a 2,50 euros por viaje, y el picado de los mismos por el revisor.
LAS JOYAS DEL ENCUENTRO. Entre las piezas que acudieron a este encuentro pudieron verse varias joyas a escala de locomotoras de vapor de los primeros tiempos del ferrocarril en España.
Así, el madrileño Rubén Morón hizo las delicias de los asistentes con una máquina de vapor de tres ejes, fabricada por TJV, que con su tender cargado de pequeñas piedras de carbón, combustible con el que funciona, arrojaba vapor por su chimenea al circular como una veterana máquina de tren.
El valenciano Coloman García, con una locomotora Matius de vapor, valorada en un 7.000 euros, fue otra de las atracciones de la jornada. Y otro tanto sucedió con una 020 del malagueño Andrés Cano.
Una locomotora eléctrica de la serie 7700, conocida en el mundo ferroviario como inglesa, de la que se conserva un ejemplar en el Museo del Ferrocarril de Monforte, tuvo su réplica en el tamaño de cinco pulgadas en la jornada celebrada en las instalaciones del museo ferroviario.
Para luis Blanco, secretario del Museo del Ferrocarril de Galicia, "la jornada, primera de este estilo que montamos, fue todo un éxito de público, aunque hay que limar pequeños detalles en la organización".
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