domingo, 10 de abril de 2011

COLOMBIA - Los Antiguos Talleres del Ferrocarril

1926.  Técnicos revisando.
1926. Técnicos revisando
A propósito de las obras que se emprenden en estos momentos en los antiguos terrenos de lo que fueran los Talleres del Ferrocarril entre Cartagena y Calamar en el Espinal.

Mucho se ha escrito sobre el servicio férreo cuyo contrato se realizó en noviembre de 1889 entre el gobernador Don José Manuel Goenaga y el estadounidense Samuel Mc Conico y en julio de 1894 es puesto en servicio, pero pocos datos hay y pocas imágenes vemos  sobre los talleres donde se le realizaban reparaciones para mantenimiento o cuando sufría algún daño. Haremos un resumen.

Cuando se construye este sistema de transporte con 105.8 kilómetros de longitud incluye, el muelle de la machina inaugurado en junio de 1893, las bodegas donde se guardaba la mercancía que entraba o salía de la ciudad, las 11 estaciones intermedias que encontraba en su camino y entre otras obras más, los talleres.

La empresa constructora emplaza los Talleres del Ferrocarril  en una zona cercana a las bodegas y a la estación de la Matuna, se escoge el Espinal.  Es un gran solar, frente al Fuerte de San Felipe y adosado al cuerpo de agua al que llaman Caño de San Lázaro, donde en el periodo colonial se emplazó una batería de cañones del fuerte para prácticas de tiro al blanco sobre la loma que hoy llamamos el diamante, allí se estableció definitivamente.

Los talleres no eran más que unas grandes bodegas, levantadas con estructuras metálicas y cubiertas parece ser en zinc, bodegas largas y  anchas lo suficiente para albergar hasta dos locomotoras dentro y el espacio para la maniobra de sus empleados quienes primero fueron estadinenses. Gradualmente emplearon mano de obra local a los que fueron enseñando las labores del mantenimiento general, llegaron a pedir trabajo y rápidamente se convirtieron en operarios, mecánicos en general y obreros de construcción para las reparaciones necesarias en donde el sistema lo necesitara.  Allí siempre se le realizó mantenimiento a las locomotoras y a sus distintos tipos de vagones gracias a que los gringos importaban todos los repuestos necesarios.

Llegó el momento en que todos eran grandes conocedores del mundo ferroviario, las reparaciones se volvieron algo de rutina, la ciudad crecía y se aprendía algo nuevo, la mecánica. Sus familias se establecieron en los alrededores de los talleres generando el crecimiento del actual barrio el Espinal. La construcción de los talleres allí permitió crecer al sector y su desaparición a inicio de la década del cincuenta, determinó su decadencia.

Se accedía a los talleres por un puente con pilotes de pino canadiense que sostenía los rieles del ferrocarril entre la Matuna y el Espinal, sobre parte del canal de San Lázaro que era por donde se llegaba a los talleres, hoy es solo un recuerdo, los rieles desaparecieron y se transformó en un puente peatonal inestable finalmente caído.

En estos instantes que se adelanta el proyecto del nuevo Centro Comercial para la ciudad, aun ignoramos si se rehabilitará la antigua vía férrea como elemento articulador peatonal entre el sector de Puerto Duro y el Espinal, para unificarlo con la zona histórica alrededor del Fuerte de San Felipe.

Amanecerá y veremos.  Mientras disfrutemos de estas hermosas e interesantes fotografías del Archivo de la Fototeca.

1928.  Área sobre talleres.
1928. Área sobre talleres
1927.  Vagones bajo cubierta.
1927. Vagones bajo cubierta
1927. Talleres vista general.
1927. Talleres vista general.
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