martes, 8 de febrero de 2011

Sants reanuda la cobertura de las vías del tren


Tras sucesivos retrasos, se reanuda la cobertura de las vías del tren, que costará 23 millones de euros

Tras cuatro largos años de espera, la cobertura de las vías del tren en Sants, por fin, está más cerca. La construcción de la plataforma que cubrirá el corredor entre Riera Blanca y la plaza que da nombre al barrio, en su lado montaña, y –lo más ansiado por los vecinos– la urbanización y ajardinamiento del cajón que ocultará el tendido ferroviario, aunque de forma provisional, se iniciará esta primavera. Los trabajos, que llegan con demora tras demora, comportarán el regreso de las tareas nocturnas a la zona y el corte total del servicio de trenes de Rodalies, larga y media distancia por el acceso sur durante el mes de agosto.
Las obras con las que se pretende coser esta histórica cicatriz ferroviaria tendrán una duración de catorce meses y en ellas se invertirán 23 millones de euros. La actuación urbanística aquí despega, mientras que su continuación en l'Hospitalet queda congelada por el ajuste presupuestario de Fomento. En el caso de Barcelona, los trabajos pendientes los promueve la sociedad municipal Bimsa, que ha licitado la dirección de obras. Otras partes ya se ejecutaron: la construcción del túnel del AVE, a cargo de Adif (ministerio), y la cobertura del metro, que discurre por el lado mar, así como la remodelación de la estación de Mercat Nou de la línea 1, que acometió GISA (empresa de la Generalitat).
El pasado mes de octubre se inició la construcción del muro pantalla sobre el que se construirá una gran plataforma que después se convertirá en una nueva zona verde. Buena parte de estos trabajos, según reza en el proyecto constructivo, debe finalizar a lo largo de esta primavera, a tiempo de coordinarse con las obras de cobertura, que requieren interrumpir el servicio ferroviario en agosto, época en la que disminuye el número de viajeros del tren.
Precisamente, este calendario obliga a imponer un plan de obra muy ajustado. El próximo mayo finalizarán los trabajos previos, bien visibles ahora en la calle Antoni de Capmany, que permitirán colocar a la altura adecuada las vigas (más baja que los actuales pórticos) en las que se sustentará la nueva catenaria rígida. Y sobre esta estructura horizontal se pondrá la tan esperada losa de cobertura. Más tarde se iniciará la construcción de rampas y escaleras que permitirán el paso de peatones de un lado a otro y, ahora sí, romper la barrera física que ha supuesto el tren. En concreto, a la altura de Riera Blanca los trabajos de esta fase está previsto que empiecen en julio y finalicen a mediados de noviembre.
Los pozos de ventilación de las calles Sant Jordi y Jocs Florals estarán listos para esa misma época. En paralelo, se instalará la gran plataforma y, por último, y con la vista puesta en mayo del 2012, se ejecutarán los cerramientos de vidrio de la fachada montaña y del muro de separación entre el metro y el tren. Los cerramientos laterales, situados en Antoni de Capmany y en la zona de instalaciones del metro, serán de hormigón armado. Finalmente, se acometerá la urbanización provisional del espacio resultante.
Para poder realizar el corte del servicio entre l'Hospitalet y Sants será necesario ejecutar obras de adaptación en la infraestructura ferroviaria. Los trabajos en las vías se concentrarán en 24 días del mes de agosto, momento en el que se efectuará el cambio de la catenaria flexible por una rígida y, como se ha dicho antes, se colocarán las vigas prefabricadas que conformarán el futuro techo del túnel y el suelo de la urbanización. Estos trabajos podrían haberse planificado de otro modo, en horario nocturno, pero el riesgo de incidencias que podrían perjudicar el servicio ferroviario era muy elevado y obligaría a prever planes alternativos de transporte de manera continua, extremo de enorme complejidad y con un coste difícil de cuantificar.
La solución elegida es más sencilla de planificar pero su coste económico no es precisamente pequeño. El plan alternativo de transporte que han pactado Renfe, Adif, el Ayuntamiento y la Generalitat supondrá un desembolso en inversiones directas e indirectas por valor de 6,5 millones de euros (para hacerse una idea, medio millón más de lo que costará implantar el sistema de velocidad variable en las principales vías de acceso a Barcelona y que la Generalitat desplegará a lo largo de toda la legislatura y no de una vez por falta de recursos). Este montante irá dirigido a informar y comunicar a los usuarios de Renfe de la afectación y de los medios que deben tomar para completar sus trayectos, a transportar a los viajeros afectados hasta y desde la estación de Sants mediante autobuses, a compensar a los otros operadores (metro y FGC) por los sobrecostes que tendrán en su explotación al recibir más usuarios o para sufragar los billetes de quienes no vayan con títulos integrados de la ATM. Además, el presupuesto cubre las obras de infraestructura que deben hacerse en las estaciones de tren Bellvitge y L'Hospitalet, de FGC de Gornal, así como en la señalización.
La plataforma que se construirá sobre las vías no estará al mismo nivel y estará formada por dos cubiertas. Una de ellas corresponde a la cubierta del metro, que ya está construida –las obras acabaron en junio del 2009–, y la otra tapará las vías convencionales. Ambas están apoyadas sobre un muro central común que sirve de separación de las zonas con distinto operador. Esta pared en un punto del trazado se disocia en dos muros, formando un triángulo abierto en la Riera Blanca.
Precisamente en esta zona debía unirse con el soterramiento de la línea de Vilanova a su paso por l'Hospitalet, ahora dejado en suspenso. La intención era –y es, aunque su realización ahora no tiene calendario debido a las restricciones económicas impuestos por Fomento– crear un corredor verde hasta la estación de Bellvitge.

Un paseo elevado verde de 700 metros sobre las vías

Si las obras no vuelven a retrasarse, en año y medio los vecinos de Sants podrán disfrutar de un nuevo paseo de 700 metros sobre la playa de vías. En total, se transformarán 54.000 metros cuadrados, que equivalen a unos ocho campos de fútbol. Uno de los principales inconvenientes de la futura plataforma es que en determinados puntos tiene una altura de diez metros, ya que la losa se construirá por encima de la catenaria de las vías ferroviarias, que estarán un poco más abajo que las actuales. Este desnivel se pretende salvar mediante rampas, escaleras mecánicas y ascensores que permitirán a los peatones acceder a la parte superior y cruzar de un lado al otro. No queda duda de que este será un paseo elevado y, en algunos puntos, se situará al mismo nivel que las primeras plantas de los edificios del entorno. La plataforma se cubrirá de verde y se plantarán árboles en aquellas zonas en las que la profundidad lo permita. También las zonas anexas se beneficiarán de esta importante transformación. En la calle Antoni de Capmany se aprovechará todo el espacio libre para dar más amplitud a esta vía tradicionalmente ahogada por el paso de los trenes. Además, se liberarán zonas ahora ocupadas por instalaciones ferroviarias del metro que serán desmanteladas una vez concluya el soterramiento. En el lado montaña se ganará espacio tras la eliminación de dos de las seis vías, creando una amplia avenida integrada con el gran paseo en altura.

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