Los usuarios de Cercanías revivieron ayer los peores momentos de la red de trenes. Si a primera hora de la mañana tuvieron que hacer frente a retrasos en cuatro líneas debido a una avería, a las dos del mediodía, una huelga encubierta de los maquinistas desbarató también las frecuencias de paso.
Así las cosas, a la hora del relevo de turnos, los trabajadores de la tarde no se presentaron a sus puestos de trabajo. Renfe, intentando dar el máximo de información a los miles de usuarios del servicio de Cercanías, comunicaba por megafonía que los trenes circulaban con «irregularidades» debido a un conflicto laboral del personal de maquinistas. Durante toda la tarde, los trenes de la red acumularon más de una hora de retraso.
El problema es que el paro de los maquinistas va camino de convertirse en una huelga de controladores a pequeña escala. La compañía, a través de un comunicado, explicó que, para hoy, «no puede garantizar la prestación del servicio habitual debido a la huelga de celo iniciada por una parte del colectivo de maquinistas». El comunicado añadía que los retrasos vividos a lo largo de la jornada se deben a que los maquinistas «han dado de baja algunos trenes por falta de confort en sus asientos».
El origen de la disputa
Los sindicatos UGT y Semaf, sin embargo, desmienten que se tratase de una huelga encubierta y señalaron que los maquinistas estaban respetando el descanso al que tienen derecho. Para ellos, la causa de los retrasos registrados en la red es la nueva planificación de los horarios implantada desde el domingo, que consideran «totalmente inflexible». «Son unos horarios para los maquinistas tan ajustados que cada avería técnica incide en la red sin que se pueda solventar a tiempo y provocando más retrasos que se van acumulando en otros trenes», apuntaron los sindicatos. Las mismas fuentes aseguraron que representantes del sindicado se reunieron ayer mismo con la dirección de Rodalies para establecer una nueva planificación «más flexible».Desde Semaf, además, se aseguró «todos los trabajadores se han presentado a su puesto de trabajo».
Un cambio «impuesto», aseguró el maquinista y coordinador de Cercanías UGT Antonio Cárdenas, «unilateralmente» por la empresa este fin de semana, y que no respeta los tiempos de descanso. Aún así, reconoció que, pese a las aseveraciones de Semaf, dos maquinistas llegaron tarde a sus puestos de trabajo en la estación de Sants.
Renfe, por su parte, señaló que mantendrá «el horario laboral aprobado y reglamentario para los maquinistas» y acusó a algunos de ellos de no cumplir durante la jornada de ayer con el nuevo horario implantado por la empresa. Por ello, la compañía advirtió de que «se abrirá un expediente informativo al trabajador que no cumpla con su horario». «El horario laboral está pactado y aprobado con anterioridad, así como avalado por el Ministerio de Fomento», sentenció la compañía.
Renfe y los sindicatos estuvieron reunidos ayer por la tarde para desencallar la situación aunque sin éxito.
Otra avería
Por otro lado, una avería de un tren a las 8.54 horas obligó a circular en vía única entre Montcada Bifurcación y Cerdanyola del Vallès, lo que provocó retrasos de más de 30 minutos en los servicios de las líneas de Cercanías del Maresme, Cerdanyola, Vic y Manresa. El convoy averiado fue detenido desde el Centro de Mando de Adif, cuando se produjo la incidencia, por causas que se están investigando, en el sistema de enclave que regula las señales.
La incidencia obligó a interrumpir la circulación ferroviaria entre las 9.20 y las 9.37 horas. Varios técnicos de Adif se desplazaron hasta el lugar del incidente. aun así, los trenes acumularon retrasos de media hora durante buena parte de la mañana.
Paro de autobuses
Los sindicatos CGT, Actub y Plataforma Sindical en los autobuses de Barcelona anunciaron ayer que se adherirán a la huelga general convocada por la propia CGT y otros sindicatos minoritarios contra la reforma de las pensiones para este jueves 27 de enero. El portavoz de CGT, Saturnino Mercader, afirmó que el objetivo de los tres sindicatos, que representan más de la mitad de los trabajadores de autobuses de TMB, es conseguir la jubilación a los 60 años, que ha considerado la edad máxima «por cuestión de seguridad». También apuntó que se cumplirán los servicios mínimos, aunque todavía no se han pactado con la empresa.
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