‘Ramaleando’ para que los trenes queden en la historia

En una curiosa iniciativa, Pablo Anglat, un joven ingeniero en informática de 31 años, y algunos amigos del Ferroclub Trasandino retratan con sus cámaras fotográficas y de video cientos de formaciones ferroviarias.

“Ramalear -explica Pablo- es ir a sacar fotos a los trenes, especialmente cargueros, y a las estaciones”, y amplía que también se dedican a la “arqueología ferroviaria”, que consiste en acceder a instalaciones de ramales abandonados, en estado ruinoso, generalmente saqueadas y registrarlas para que quede el testimonio de lo que fueron.

Anglat acredita una formidable colección de fotos de los más variados convoyes que ha perseguido por Mendoza, San Juan, Córdoba, La Rioja y otros puntos del país.