Mientras Europa invierte en el desarrollo tecnológico ferroviario, los trenes en Argentina son un gran cementerio de glorias pasadas
Viajar en tren en el interior de la Argentina se ha convertido en los últimos años en una experiencia azarosa e insegura.
El que une Buenos Aires con Tucumán, por ejemplo, demora 26 horas en completar el recorrido, en el caso de que no existan demoras u, ocasionalmente, descarrilamientos.
Si tomamos como referencia el desarrollo ferroviario de Europa, el viaje Tucumán – Buenos Aires, de 1.310 kilómetros, debería realizarse en no más de ocho horas en trenes de alta velocidad que superen los 250 kilómetros por hora, mientras los nuestros se manejan a una velocidad promedio de 62, en el mejor de los casos.
Si consideramos las inversiones que están realizando Alemania y Japón en la materia (trenes que superan los 500 kilómetros por hora), el tiempo se reduciría a unas tres o cuatro horas.
En Europa los pasajes se compran vía internet, la frecuencia es claramente superior (dependiendo de los recorridos, pero nunca por debajo de las tres o cuatro partidas diarias), los tiempos de viaje se acortan a menos de la mitad, y el confort de los coches llega a niveles para nuestra Ferrocentral, impensados.
Los costos son más elevados que en la Argentina, rondan para distancias similares a las de Buenos Aires - Tucumán, un 25% del salario mínimo promedio europeo, pero aún así, son una opción más económica, confortable, ecológica y sobre todo, segura que los micros.
El ocaso de los trenes en la Argentina
Según un informe de la Periodista Jimena Fuertes para la revista Rumbos, de mayo de 2007, desde de la Ley de Reforma del Estado en 1989 hasta hoy, se perdieron unos 24 mil kilómetros de vías: de los 35 mil kilómetros de vías que recorrían el país, hoy sólo se utilizan ente 6 y 7 mil, de las cuales 1.000 pertenecen a la zona metropolitana y suburbana de la ciudad de Buenos Aires.
De los 95 mil trabajadores directos que empleaba el ferrocarril, hoy subsisten sólo 16 mil. Más de 900 pueblosque vivían de la actividad ferroviaria se hundieron en la miseria.
En 2003 el entonces Presidente Néstor Kirchner puso en marcha un “Plan ferroviario nacional”, que en nada modificó la situación del tren tucumano, y, en general, de ninguna otra provincia.
En aquella ocasión, Kirchner visitó la Provincia, reabrió los talleres de Tafí Viejo y realizó el viaje inaugural desde la ciudad de San Miguel de Tucumán hasta la estación taficeña. Nunca más se supo nada.
Hoy los talleres que llegaron a ser los más grandes de Latinoamérica duermen el sueño de los justos y el tren reinaugurado entonces sólo volvió a ser mencionado por Alperovich hace más de un año cuando confesó públicamente que no volverá a circular, por lo menos, por ahora.
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