Mujica aclaró que lo que pide el dueño de Cometrans, que es un empresario de Entre Ríos, es simplemente “probar” y que Uruguay “no pone ni un peso en esto”.
“En Uruguay decíamos y decimos que hay poco pasaje, no puede ser rentable, mucha soledad, etcétera, etcétera. Y este hombre que maneja 15.000 trabajadores en la República Argentina, que ha comprado una fábrica en Uruguay y la tiene carrozando y que por ello mismo demuestra que será cualquier cosa menos bobo, nos contestó con este argumento: ‘déjenme probar a mi costa, si pierdo plata pierdo yo, pero vamos a ver si la gente pagando un pasaje por la mitad de lo que está pagando hoy usa el tren o no lo usa’. Estos trenes livianos pueden funcionar amigablemente sobre material vial viejo sin mayores inconvenientes, eso ya lo hemos probado. Si da resultado después enseñaríamos a tripulación uruguaya con las nuevas tecnologías que supone esos trenes, GPS, etcétera”, señaló Mujica.
Si la experiencia da resultado, agregó el jerarca, se le estaría dando una solución a los sectores más carenciados, ya que podrían asegurarse viajes más o menos al 50% del costo de hoy.
Mujica precisó que el intendente de Salto, Germán Coutinho, “ni lento ni perezoso”, le expresó que “esta experiencia para el norte del país es un antes y un después y que puede cambiar todas las relaciones turísticas de la región”.
“Todas estas cosas son opinables. Y como lo que sobran en Uruguay son opinólogos, el presidente por lo menos tiene que decir que el Uruguay tecnológicamente se ve ante un dilema que tiene que resolver y que no tiene todo el tiempo del mundo. El tiempo de no hacer nada con respecto al ferrocarril se fue, ahora hay que tomar decisiones. Sería una cosa maravillosa que pudiéramos a muchas localidades del interior cuando tienen que venir a gestionar problemas de jubilación o con la burocracia en Montevideo o atender problemas de salud pudieran tener un transporte sensiblemente más barato que el que tienen hoy. Hay gente que dice: ‘La gente no va a andar más en tren porque no va a andar a 60 kilómetros, demora mucho, etcétera’. Veremos, hagamos el experimento, no nos cuesta plata y después saquemos la conclusión”, enfatizó Mujica.
El presidente destacó la “política de buen vecino” como la herramienta que ha permitido obtener resultados concretos en la relación con Argentina. También pidió una mirada más global acerca de la importancia que tienen estos asuntos.
El jefe de Estado recibió críticas, por ejemplo, del expresidente Julio María Sanguinetti y del senador blanco Jorge Larrañaga, quienes hicieron referencia a que se vieron “muchos abrazos” y “ruido” entre los presidentes de ambos países, pero que hay temas fundamentales que siguen trancados.
Mujica dijo que “muchos se olvidan” que cuando llegó este Gobierno heredó una lista de temas pendientes con Argentina que estaban “congelados hacía muchísimo tiempo”.
“Esa agenda no había dado solución a ningún punto, apenas estaba allí en el tapete. Las malas relaciones nos tenían trancados y las malas relaciones no fueron por culpa de Uruguay, no fueron por culpa de nadie, fueron historia. De nada sirve lamernos las heridas, las heridas hay que cicatrizarlas y resolver con un criterio hacia delante. Eso es asunto pendiente, es que habían una multitud de intereses en juego. A veces intereses contradictorios, intereses privados de un lado y del otro, contradictorios que luchan, que naturalmente se enredan con las decisiones de los estados. Allí están las luchas portuarias, allí están las luchas de intereses por concentrar carga y por sacarla. Han estado siempre, esa es la historia del Río de la Plata y esto lo tenemos que ver con un criterio adulto”, señaló Mujica.
Si bien quedan temas pendientes, el presidente hizo énfasis en algunos en los que sí se registraron acuerdos: regasificadora, profundización del canal Martín García, dragado del Río Uruguay, desbloqueo del puente binacional Fran Bentos-Puerto Unzué y relevo de las condiciones ambientales del río Uruguay.
También destacó la actividad turística y la cantidad de capitales argentinos que invierten en la actividad inmobiliaria en la costa uruguaya, actividad de la cual viven “miles y miles de personas”.
Finalmente, Mujica volvió a defender el nuevo impuesto a la concentración de la tierra, el que gravará a los propietarios de más de 2.000 hectáreas con Índice Coneat y que ahora está a estudio de Diputados.
En esta oportunidad, Mujica destacó que atendiendo la caminería rural profunda se beneficiará al grueso de las personas más pobres y de clase media que quedan viviendo en el campo.
“Si nos quejamos de un campo despoblado sería hora de que tratáramos a la gente un poco mejor porque la civilización avanza, porque la necesidad de moverse está en todas las familias, de mandar a sus hijos a estudiar, de tener buenas comunicaciones, de tener acceso a bienes colectivos es una necesidad de nuestro tiempo. Creemos que hay que hacer una inversión, juntar recursos es importante porque si mejoramos la infraestructura de penetración en el campo uruguayo estamos ayudando a la equidad y a atender a los más postergados y a los más olvidados que no tienen poder de lobby, pero que cumplen a nuestro juicio un valor fundamental mantener la presencia humana en el seno de recónditos rincones de este país”, consideró Mujica.
Recordó que la finalidad de este gravamen tiene como origen la acumulación de valor que en los últimos años ha tenido la tierra y el capital extra que no es hijo del trabajo, sino de la marcha positiva del país.
“Es lícito que una pequeña cuota de eso sirva para enfrentar problemas pendientes”, agregó Mujica.
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