La última vez que paró un tren de pasajeros en la estación local fue en octubre de 1992. Corrían los tiempos menemistas de "ramal que para, ramal que cierra", de fábricas sin obreros, de trabajadores sin trabajo. Y un día volvió el tren. Fue ayer, a las 19,35, cuando la formación de TBA que salió de Retiro para llegar a Rosario Norte arribó a la vieja estación repleta de gente, de globos, banderas, batucadas y alegría.
Y no era para menos. La mayoría de los chicos que corrían por el andén jamás hicieron un viaje en tren. Y muchos de los más grandes no volvieron a pisar en años un vagón, pero todavía guardaban en sus recuerdos aquellas maravillosas experiencias que vivieron en épocas pasadas.
Todo ello en un pueblo de acendrada tradición ferroviaria, a punto tal que debe su nombre a las maniobras que se efectuaban en su estación. Porque justamente allí se empalman dos vías que se entrecruzan: una que nace en Buenos Aires y se extiende hacia el norte del país, y otra que se inicia en Villa Constitución y transita por cientos de kilómetros hacia el oeste argentino.
Esa misma tradición ferroviaria fue la que le devolvió esta vez al pueblo una parte de aquel sueño. Porque fue la filial local del sindicato La Fraternidad que conduce Roberto "Sapo" Avíla quien tomó la posta, gestionó y finamente logró la vuelta de un tren de pasajeros.
Felicidad. "Tenemos una felicidad enorme por esto que logramos. La vuelta del tren es una cuestión social, porque beneficiará a los sectores más postergados no sólo de nuestro pueblo, sino de toda la región. Ahora los más carecientes también podrán viajar, porque el boleto cuesta menos de la mitad que en micro", sostuvo Avila entre sollozos y en medio de las felicitaciones de la gente.
La fiesta había comenzado temprano. Casi dos horas antes del momento culminante ya había gente en la estación. Decenas, cientos, fueron llegando de a poco para disfrutar el festival musical organizado por La Fraternidad. Eran las 19.28 cuando la locomotora celeste y blanca tirando dos vagones asomó su perfil en el horizonte. Las barreras de la esquina se bajaron, la batucada recrudeció sus redobles, las banderas se agitaron, y más de mil personas dieron rienda suelta a su entusiasmo y emoción.
El estruendo del tren copó entonces todos los rincones de la estación y los gritos de los pibes contrastaron con los ojos enrojecidos de algunos rostros curtidos en años.
Todos, incluidos este cronista, volvieron a sentir esa extraña, maravillosa e inexplicable sensación ?casi olvidada? de un tren apareando el andén a marcha lenta y ruidosa.
Las emociones. "A esta misma estación llegamos con mi familia hace como 50 años desde Tucumán, a probar suerte y nos quedamos para siempre aquí cerca. Vine con dos de mis nietos para mostrarles el tren", susurró Roberto Cáceres, un anciano flaco, casi sin dientes, que llegó desde Villa Constitución para no perderse el acontecimiento.
Para José López, el jefe comunal del vecino Pavón y único mandatario presente en el acontecimiento, "esto es un momento histórico, no sólo para los ferroviarios sino para toda la gente de este pueblo y de la región, porque no hay dudas de que Empalme y su zona será desde ahora un punto de referencia".
José Ferreyra es de Chaco, pero la llegada del tren lo sorprendió de visita en Empalme. Como provinciano conocedor de las bondades del servicio estuvo junto a su familia, mate en mano: "Esto es para el pobrerío, que ahora tendrá más posibilidades de viajar a Buenos Aires, pueda ser que mucha gente lo aproveche", dijo emocionado.
"Que el ferrocarril se vuelva a poner en marcha, aunque sea con este pequeño granito, es una cosa extraordinaria. No hay dudas que será muy importante para nuestro pueblo", opinó Osvaldo Gigli, presidente del centro local de jubilados.
Diez minutos estuvo parado el tren en la estación. Los bombos siguieron sonando sin parar, las emociones se hicieron incontenibles, los militantes de La Fraternidad se estrecharon en un abrazo interminable, y la gente, cámaras en mano, no perdió detalles de tamaña fiesta que, aseguró una anciana, "no olvidaré mientras viva".
Según el reglamento ferroviario, el tren Rosario-Retiro tendrá una "parada facultativa" en Empalme. Ello significa que su detención dependerá de si hay pasajeros esperando el servicio. El boleto deberá ser adquirido a bordo.
La formación de TBA que cubre ese trayecto, y que también tiene una parada en San Nicolás, circula en los siguientes horarios de lunes a viernes: ida, 0.15 por Empalme, con regreso a las 19.20.
Ahora, Córdoba. "Dimos el primer paso. El primer tren llegó a la estación. Ahora gestionamos la parada del servicio que va a Córdoba, y no tengo dudas que lo vamos a lograr, porque este inmenso trabajo de los compañeros de La Fraternidad no merece otro final", aseguró el secretario general del sindicato que nuclea a los ferroviarios, Roberto Avila.
Osvaldo Flores
La Capital
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