martes, 29 de marzo de 2011

TRAS LAS PISTAS DE QUIENES PINTARON LOS GRAFITIS EN EL TREN

De acuerdo a los datos recabados por la Policía, los autores no serían de Concepción del Uruguay y lo realizaron en pocos minutos con gran destreza. Hubo quienes consideraron vandálico el hecho que también recogió apoyos.
El tren con el gigantesco grafiti ya está en Paraná y seguramente se está trabajando en la remoción de la pintura de diferentes colores que desconocidos combinaron durante la madrugada del sábado en la estación de Concepción del Uruguay, pero los ecos de este suceso siguen dando que hablar en La Histórica, estación en la que tuvo lugar el hecho. Más allá de lo anecdótico y la calidad del “trabajo” artístico, el hecho generó encontradas opiniones en la comunidad y sanciones a quienes tenían a su cargo la seguridad del lugar.
Hubo quienes repudiaron el hecho considerado vandálico, pero muchas voces coincidieron en destacar que la combinación de esos colores le daba un aspecto distinto al tren y llegaron a sugerir que este sea decorado de manera similar a los colectivos de larga distancia, con paisajes como El Palmar, playas y edificios identificativos de la provincia.
Lo cierto es que a partir de este suceso, la Policía inició la investigación y sostendrían que los grafiteros no serían de la ciudad, postura que otros artistas apoyarían.

Cómo lo hicieron
Respecto al material empleado, sin dudas fue una pintura de secado rápido, de la llamada de secado al tacto que en cuestión de minutos se puede tocar y que con conocimiento del trabajo, no llega a chorrearse.
Estos trabajos generalmente son efectuados a dos manos, combinando colores con gran destreza y, llegado el caso, si los que lo hicieron eran varioss, se pudo hacer en cuestión de 15 minutos como máximo, lo que explicaría el hecho de que no fueran descubiertos.
Por otra parte, se discutía cómo pudieron hacer el grafiti sin que se escuchara agitar o movimientos de los aerosoles, lo que también tendría su respuesta, ya que muchas veces –para evitar el ruido de la bolilla de metal– se les coloca un fuerte imán en la base del recipiente.
Según señaló Andrés Toscano, propietario de una pinturería de Concepción del Uruguay, estos aerosoles son generalmente de buena calidad, destacando que al país llegan procedentes de Estados Unidos, pero hay quienes los traen de otros puntos por encargue, para trabajos profesionales.
“Este tipo de grafitis es común verlos en los trenes de Estados Unidos. Los vagones son pintados en forma íntegra en contados minutos. Los grafiteros trabajan en grupos y en cada estación, cada grupo tiene su plano y hacen su parte, la que es continuada por otros en la estación siguiente”, explicó a Uno.

El grafiti
Según se intenta explicar en la filosofía del grafiti, muchos comienzan por establecer sus objetivos, los que impulsan a aquellos que deciden hacer de la escritura en los trenes o paredes, su vehículo de expresión.
Hay una razón principal que empuja a la mayoría de estos artistas urbanos, y no es sino la necesidad tan común a cualquier tipo de arte, de expresar y comunicar a los demás el propio mensaje, unida por supuesto a la búsqueda de la fama o como bien lo expresa el grafitero madrileño Zeta, el poder decir “aquí estoy, este soy yo, este es mi barrio, esta es mi vida”.
Precisamente esta búsqueda de fama y de reconocimiento entre la comunidad del grafiti, es el motivo que explica la proliferación de los “tags” (firmas simples con el nombre del que lo hace, muchas veces para “adueñarse” de un rincón urbano) y “throw-ups” (realizados para conseguir atención para sus trabajos más grandes llamados “piezas”), y el hecho de que se hagan en sitios como trenes y autopistas, en los que pueda verlos el mayor número de gente posible.
De igual manera que la frecuencia de los trabajos es una forma de ganar respeto entre los demás ‘Writers”, la creatividad en el estilo a la hora de realizarlos es además otro factor importante a la hora de labrarse una buen reputación entre aquellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario