El ministro de OO.PP. y Servicios, Walter Delgadillo declaró, que recién el próximo año se nacionalizarán los ferrocarriles y destacó que por la privatización “dejó de ser un botín de guerra de grupos sindicales coludidos con dirigentes políticos en función de gobierno”. Por si acaso, quien escribe, fue dirigente sindical ferroviario entre 1946 y 1965. En agosto de 1956 asumió el Ministerio de OO.PP. Transportes, Comunicaciones y Aeronáutica Civil, borrado del mapa administrativo por imposición del ”Consenso de Washington”. Por sus manos pasó en 1958 la creación de la Empresa Nacional de Ferrocarriles (ENFE) y se consolidó en 1964 con D.S. 06909; al cabo de 38 años, se capitalizó a manos chilenas sin ningún fundamento técnico ni económico.
Los contratos de Concesión y Licencia disponen su modernización y expansión de los Servicios Públicos Ferroviarios; a casi 15 años, saben nuestros gobernantes de turno que no hubo ni modernización, menos expansión, por el contrario la Red Andina está destruida. El ministro haría bien en señalar los nombres de los dirigentes a los que se refiere. Con el debido
respeto debo puntualizar que el nombrado señor ministro, no conoce la historia de nuestros ferrocarriles, por lo mismo, poco le puede importar el rol que cumplen en un país mediterráneo con una topografía difícil y geográficamente paso forzoso entre el Atlántico y el Pacifico. Preocupados por los nefastos resultados de la famosa capitalización de ENFE, un grupo de ex trabajadores ferroviarios, jubilados y activos de Oruro, Viacha, Santa Cruz y Cochabamba, buscamos contacto con el Viceministerio de Transportes, en principio encontramos apoyo, bajo sus auspicios se realizó un Congreso Ferroviario de donde salieron
sugerencias fundamentadas para la recuperación y recomposición del Sistema
Ferroviario. El ministro Delgadillo, debe saber que la capitalización de ENFE, fue una estafa, sus objetivos fueron y siguen siendo geopolíticos. El Tratado de 1904, redactado, corregido y ejecutado a la fuerza por Chile, 9 de sus 12 artículos están vinculados al transporte ferroviario; muy claro, el ferrocarril es factor integrador por excelencia, su estructura orgánica y su sistema de operación significan puntos de avanzada, en este caso, en suelo chileno, razón porque Chile a partir de 1906, contrato Speyer, ejerció fuerte influencia en lo atingente a ferrocarriles, sobre todo, al incumplimiento del Tratado de 1904.
Lo que sí resulta notable, Argentina y Chile, valorando sus ferrocarriles, muy pronto pondrán en operación el Corredor Ferroviario Atlántico - Pacífico, Corredor que formará parte de un túnel de 52 kms de longitud a un costo de 3.000 millones de dólares, no sólo eso, Chile está construyendo un mega puerto en Mejillones con un costo de 5.000 millones de dólares, será moderno con tecnología de punta en el Pacífico Sur. Si el ministro Delgadillo capta los efectos en curso, el término nacionalización en el caso ferroviario, está fuera de contexto. Las redes Andina y Oriental deben ser objeto de tres auditorías: Técnico-Operativa; Jurídica y Financiera. Por factor espacio no explico razones y fundamentos, dichas auditorías deben correr a cargo de la Contraloría del Estado en aplicación del Art. 213 de la C.P.E., con las conclusiones a no dudar serán favorables, el Estado Plurinacional por elemental sentido de soberanía debe revertir, no nacionalizar los ferrocarriles, el proceso capitalizador está plagado de hechos antijurídicos indisimulables, por tanto, el Ejecutivo no tiene otra alternativa que girar pliego de cargo por daño económico a la Nación, a los responsables que premeditadamente destruyeron nuestros ferrocarriles con claros objetivos geopolíticos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario