Como un sistema de transporte “seguro, adecuado y moderno” calificó el congresista y presidente de la Comisión de Fiscalización y Contraloría, Martín Belaunde Moreyra, las obras concluidas del primer tramo de la Linea 1 del sistema de tren eléctrico de la capital, que el lunes ejecutará su recorrido y horarios completos entre las Estaciones Grau y Villa El Salvador.
“No estamos en condiciones de hacer una evaluación técnica, pero se ha verificado que puede funcionar eficientemente para un millón de usuarios”, dijo el congresista, quien en compañía de sus colegas Gladys Condori (NGP) y Wuilian Monterola Abregú (AP), recorrieron las estaciones de Javier Prado hasta Villa El Salvador, conocieron y viajaron en los vagones y apreciaron el trabajo de supervisión de cada estación que se realiza en la Sala del Sistema de Control Operativo.
La inversión de este primer tramo de la Línea 1 fue de 520 millones de dólares y su construcción demandó un año y medio de trabajo. Abarca las Estaciones Grau a Villa El Salvador. El segundo tramo comprenderá las Estaciones Grau a San Juan de Lurigancho y se prevé una inversión aproximada de 583 millones de dólares.
El directivo de la director ejecutivo de la Autoridad Autónoma del Tren Eléctrico (AATE) , Oswaldo Plascencia dijo que el tren permitirá el traslado de 80 mil personas por hora, mientras que un ómnibus permite sólo 25 mil personas. Según las declaraciones optimistas expresadas por Plascencia, las obras de construcción de las vías y estaciones podrían soportar un sismo de nueve grados porque han sido elaboradas con modernas técnicas de construcción tan igual que algunos países de Europa.
Informó que el sistema del tren eléctrico comprenderá 24 trenes y que once de ellos (de fabricación francesa) llegarán en los próximos nueve meses y permitirá el transporte de un millón 200 mil usuarios. Actualmente cinco trenes están en funcionamiento. La demanda diaria es de 250 mil personas. La concesión es a 30 años y su explotación está a cargo de las empresas Graña y Montero y Ferrovías.
Este moderno sistema de viaje permite unir en 30 minutos las estaciones de Grau a Villa El Salvador, lo que demanda actualmente 2 horas 30 minutos en otro medio de transporte. El viaje de Grau a la Estación San Juan de Lurigancho se haría en 45 minutos, según las proyecciones.
El sistema completo del tren comprenderá cinco etapas. La segunda de ellas será entre Ate y el Callao, mientras que las etapas 3 y 4 se prolongarán hasta la Panamericana Norte y todo Javier Prado. La última etapa será la Avenida Benavides. La inversión total será de seis mil millones de dólares y su construcción demandará seis años, si se cuenta con el apoyo y financiamiento del gobierno central (y del próximo gobierno), la exoneración del SNIP por parte del MEF, y la inversión privada. “Se perderá tiempo si no existe una eficiente gestión pública”, explicó Oswaldo Plascencia.
Por su parte Belaunde Moreyra comentó que “ha habido una planificación estupenda (en su construcción) y se espera que este servicio de transporte brinde una óptimo servicio a un precio razonable”. El precio del pasaje será de un 1,50 soles, pero está en estudio integrar en un solo sistema (talvez una tarjeta con dos chips, dijeron) el servicio del tren eléctrico con el Metropolitano. El cobro del pasaje se hará efectivo el próximo mes.
Los trabajos del tren eléctrico merecieron también los comentarios alentadores de los congresistas Condori y Monterola. La primera de ella afirmó que el servicio constituye un megaproyecto que favorecerá a millones de peruanos, pero se espera también un precio razonable del valor del pasaje; mientras que Monterola pronosticó que este servicio tendrá una aceptación rápida de la población, un ahorro increíble de tiempo y una mayor afluencia de personas al centro de Lima porque se llegará rápidamente. Sugirió que las estaciones cuenten con bancas de espera, especialmente para madres de familia y ancianos.
La última etapa de esta visita de inspección fue la Sala de Control Operativo ubicado en Villa El Salvador. Allí, en una gran pantalla se supervisa el desplazamiento de los trenes, los problemas de tiempo y de espera, y cualquier incidente que pueda ocurrir en cada una de las estaciones. La vigilancia está a cargo de la Policía Ferroviaria de la PNP que está interconectada con las estaciones policiales.
En caso de apagón, el servicio eléctrico de este medio de transporte está conectado a un sistema le proveen Edelnor y Edelsur, y si fallaran ambos, se tiene una propia central que otorgará la energía necesaria.
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