- Quieren que una antigua locomotora, que quedó abandonada tras el cierre del taller ferroviario de Strobel sea el símbolo emblema de la ciudad
La nostalgia los invade y los recuerdos humedecen los ojos de los ex ferroviarios de Strobel, uno de los tantos lugares en donde Ferrocarriles Argentinos tenía sus talleres, en el departamento Diamante.
Como vestigios de esos años de esplendor, una vieja locomotora, la número 44, hace muchos, muchos años, que espera el sueño de los justos sobre las vías oxidadas.
Esa misma locomotora se salvó de que la corten en pedazos y sus hierros sean vendidos como chatarras, tal la orden que habían recibido los ferroviarios de aquella época. Años, de dictadura militar, en la que se decidió cerrar por completo el taller de la ciudad diamantina de Strobel y pasar a todo el personal a Paraná. Así, de a poco, como trabajo de hormiga, se fue mutilando el lugar. Hoy, sólo quedan algunos objetos comidos por el óxido y la locomotora, que parece resistirse al paso del tiempo.
Esa vieja locomotora a vapor, la que debía ser destruida, es la que hoy por iniciativa de un grupo de ferroviarios se quiere poner en valor y dejarla como símbolo de los años de esplendor del ferrocarril entrerriano.
• Valor
Los ferroviarios de Strobel están trabajando en relocalizar y poner en valor a la vieja locomotora a vapor, dejada al abandono hace casi cuatro décadas, detrás de los silos de una cerealera.
La propuesta de los ex obreros, que fue recientemente comunicada a la intendenta de Diamante, Claudia Gieco, es que esa vieja máquina sea ubicada junto a la ermita de la Virgen de San Nicolás.
La locomotora, la número 44, según la denominación de Ferrocarriles Argentinos, es similar a la que se encuentra en el predio del Museo Ferroviario de Basavilbaso.
En esa misma locomotora, Carlos Elías Gatti fue maquinista durante 15 años. “Esa fue una de las últimas locomotoras a vapor que llegaron al país. La verdad era una preciosa máquina, fue una innovación para Ferrocarriles Argentinos tenerla”, rememoró, en diálogo con El Diario.
A Carlos, como al resto de sus compañeros ferroviarios que vive en el pequeño poblado del departamento Diamante, ver a esa locomotora abandonada y oxidándose es “doloroso”. Es que Strobel supo ser el punto ferroviario más importante de la línea y hoy es una suerte de cementerio de objetos que pertenecieron al taller.
“Me acuerdo que en el 78 o 79, yo salí a probar una máquina nueva que habían traído y cuando llegamos a los talleres de Strobel nos dan un telegrama del gobierno militar que nos decía que debíamos cortar esa locomotora. Nos daba ganas de llorar, fue lastimoso ver cómo se fueron sacando las partes, robándoselas”, relata Gatti.
Aunque ahora será relocalizada y revalorizada, en 2003 y por ordenanza municipal se declaró de “interés patrimonial, cultural e histórico a la locomotora y vagón de Strobel. A través de la norma 662 del 26 de junio de 2003, se registró la locomotora diesel, de origen alemán, de 1950; la locomotora a carbón de 1920 y al vagón marca Fiat, que se encuentran en el predio, donde funcionaron los talleres ferroviarios de Strobel.
La estación de ferrocarril Strobel se encuentra en el barrio homónimo ubicado a 5 km al noroeste de la ciudad de Diamante. Formó una localidad separada, pero actualmente está unida a Diamante.
• Historia
Gatti, quien también fue entrevistado en dos documentales sobre la vida e historia de los ferrocarriles en Entre Ríos, recordó en la charla con El diario, que durante 37 años fue maquinista ferroviario, “conductor de locomotora”.
Gatti como sus compañeros ferroviarios siguen emocionándose cuando se les pregunta sobre los recuerdos del tren, pese a que hace dos décadas que se jubiló y que por Strobel ya no pasa ni se escucha el andar de un motor de locomotora.
Strobel está ligada a la estación ferroviaria. En esa zona antes de la década del 80 se cerró el taller, pero la pasión ferroviaria se mantiene intacta y por eso se revalorizará la vieja locomotora, como un rescate también a la memoria.
En Strobel, como sucedió en varias ciudades entrerrianas, la principal actividad en esa comarca era el ferrocarril. La vida de los pobladores giraba en torno a esa empresa. Pero en 1977, el sueño quedó trunco y descarriló cuando se dispuso el cierre del taller ferroviario.
egún recuerdan los ferroviarios que viven en Strobel, en esa ciudad el taller llegó a emplear 600 operarios y en esos años de pleno auge del ferrocarril, la población de cuadruplicaba en comparación con la actual que ronda los 1.500 habitantes.
Es que en el taller Strobel se llegaron a reparar por completo los coches de la series 3.100 y 3.700 adquiridos de segunda mano a la Pacific Electric de USA para el servicio urbano del Ferrocarril Urquiza.
Asimismo, según se detalla en los portales ferroviarios, esos coches –con mano de obra local– fueron adaptados y puestos a punto “para que en Buenos Aires no se viera lo maltratados que estaban”. Poco tiempo después, ese taller recibió la primera clausura, después otra, hasta que a fines de la década del 70 fue cerrado por completo. (APF.Digital)
No hay comentarios:
Publicar un comentario