En la mayor parte del territorio francés y en numerosos países de la región los trenes estarán paralizados desde la noche del lunes 7 de noviembre hasta las primeras horas de miércoles 9.
La huelga tiene como objetivo rechazar la política ferroviaria común que se discutirá en Bruselas del 15 al 17 de noviembre durante la reunión del Parlamento Europeo, cuyo propósito es permitir el acceso de empresas privadas al sector.
Se trata de un proyecto iniciado hace más de un año para incrementar la competencia particular y eliminar o minimizar la participación de los gobiernos en el mercado del transporte de mercancías y pasajeros por vía férrea.
Esto significaría el despido de decenas de miles de trabajadores en todo el continente y, eventualmente, el encarecimiento del servicio para la población, porque éste quedaría en manos privadas.
Una primera etapa del proyecto abarca la liberalización de los servicios ferroviarios locales y regionales y le seguirían las grandes líneas transcontinentales, sin descartarse los trenes de alta velocidad.
Los sindicatos franceses indicaron que frente a la situación del sistema ferroviario nacional y en vistas de la aceleración de la liberalización del sector en Europa, se inscriben plenamente en el llamado a la huelga de los trabajadores del transporte.
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