jueves, 8 de septiembre de 2011

Ferrocarriles para la región de Cochabamba


Decisiones.

Lo importante es que las ideas iniciales tienen que plasmarse en proyectos y decisiones que abarquen políticas de la Gobernación  y del Gobierno central.

Una de las más grandes frustraciones para Cochabamba y sus habitantes ha sido la destrucción paulatina de la red ferroviaria que existía en el departamento. Y quizá la más grande decepción de estos últimos años es que nadie se ocupó de la rehabilitación del sistema y que con el tiempo ha desaparecido junto con la antigua y hermosa estación de la zona sur de la ciudad, donde ahora, confluyen intereses de loteadores y grupos que pugnan por ocupar los predios. La estación, y a manera de sellar la muerte del ferrocarril en Cochabamba, ha sido sitiada por miles de comerciantes que ocupan los espacios exteriores.

Lo cierto es que Cochabamba tradicionalmente mencionada como uno de los ejes articuladores del país ha quedado sin ferrocarril desde hace muchos años y por lo menos dos generaciones de cochabambinos no conocen el ferrocarril. Ahora se habla de proyectos para su rehabilitación e incluso para la construcción de un ferrocarril metropolitano. 

El primer objetivo que se proponen las autoridades de la Gobernación conjuntamente el Gobierno central es reconstruir la ruta Cochabamba–Tarata-Cliza-Punata y el Gobierno central compromete su participación en la ruta Vinto-Cochabamba-Sacaba lo que se denomina el ferrocarril metropolitano.

Se trata de proyectos ambiciosos con inversiones elevadas porque en la recuperación al Valle Alto cochabambino en realidad se tiene que empezar de nuevo, porque las antiguas vías ferroviarias han desaparecido o están sepultadas por los caminos y de las estaciones no se puede rescatar nada. El otro proyecto metropolitano es una obra de magnitud. Sólo los estudios demandarán una inversión de dos millones de bolivianos y una estimación para que en tres años el sistema ferroviario en Cochabamba estaría en funcionamiento aunque también se debe organizar una empresa de transporte ferroviario a cargo de la Gobernación o tener un sistema mixto con participación privada, estas consideraciones incluirían los estudios que en su momento deben realizarse.

Lo importante en estas posibilidades para el desarrollo de Cochabamba es que las ideas iniciales tienen que plasmarse en proyectos y en decisiones que abarquen políticas de la Gobernación y del Gobierno central. El ferrocarril es uno de los aportes tecnológicos más importantes del siglo XIX, pero trasunta el tiempo y en pleno siglo XXI este medio sigue vigente en la mayoría de los países del mundo porque sus beneficios son indiscutibles frente a otros medios como el transporte terrestre.

La reactivación ferroviaria de Cochabamba pasa también por encontrar, precisamente, medios alternativos al transporte caminero, en una competencia que defina los roles de cada uno de estos sectores de acuerdo a las posibilidades de su alcance y de su ubicación en el servicio que prestan. La construcción de carreteras asfaltadas no elimina de ninguna manera al tren y por el contrario de algún modo es complementario a este rubro mediante sectores geográficos alternativos comerciales y de acuerdo a las características del transporte de pasajeros y de la carga.

La población durante el aniversario cívico espera anuncios serios sobre proyectos que beneficien al departamento y desde luego a la vida de los habitantes. Es una buena oportunidad la proximidad de la fecha para reiterar este compromiso en el propósito de recuperar el ferrocarril de Cochabamba.

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