jueves, 15 de septiembre de 2011

CORDOBA (MEXICO) Viven 10 familias con temor al tren

Habitantes de la colonia La Llave constantemente sienten
el peligro, pues sus hogares están asentados junto a las vías

Al menos diez familias de la colonia La Llave viven a las márgenes del tren.
Apolinar Velazco
El Mundo de Córdoba

Fortín.- Pese a los más de 30 años que llevan viviendo al lado de los rieles del tren a las diez familias de la colonia La Llave el temor y el miedo aún les embarga. Con el descarrilamiento de los vagones la noche del pasado martes, la preocupación aumentó.
“El peligro está presente. El tren pasa siempre y con la vibración no podemos dormir”, describió Socorro Miranda Nieves, una de las habitantes del lugar. “No más el sábado pasado pegó un frenazo que sonó muy horrible, pensamos que se había salido”, apuntó.
A pesar de vivir en una zona más alta con relación al camino de la locomotora, su casa presenta las secuelas del paso constante: grietas y descascaro de las paredes. Las esquinas de las ventanas dan muestra del efecto vibratorio.
Para su vecina Marina Delgado el habitar tan cerca del ferrocarril, ya es parte cotidiana de su día a día. Son 47 años los que lleva radicando en la colonia, que sólo se atreve a decir que su miedo es hacia los inmigrantes, no tanto al tren.
“Ya estamos tan acostumbrados, que nos persignamos, nos acostamos y no sabemos de más nada”, añadió. Al menos seis veces circula la locomotora en horas nocturnas, en ocasiones se detienen en las inmediaciones del crucero nacional.

Pánico constante
Filiberto Huerta Mendoza, vive en el extremo contrario a las dos colonas entrevistadas. Su vivienda está por debajo de los rieles del tren. Con el problema que sufrió el sistema ferroviario hace dos días, recordó las tres ocasiones anteriores en las que el pánico les invadió.
Enumeró que hace 40 años se descarriló el tren de pasajeros. La segunda ocasión hace 15 años y la tercera hace como tres. En todas, relató, los vagones quedaron suspendidos en el aire y otros colisionaron.
Huerta Mendoza contó que el lunes venía caminando por el bulevar cuando vio “un chispazo” y uno de los vagones (el ocho) levantarse, “rápido corrí para avisarle a mi familia porque sentí pánico que se fuera a salir”.
“Estamos conscientes de que vivimos en una zona de rieles. Temor no siento, tengo 57 años aquí”, aseguró el vecino de la vía del tren.

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