jueves, 11 de agosto de 2011

México: El ‘tren de la muerte


Podría decirse que no hay un único obvio punto de partida para una crónica sobre la alarmante y creciente violencia en contra de los migrantes indocumentados en México. Pero una investigación de medios ciudadanos brinda fragmentos que, si se toman juntos, constituyen una sombría serie de narraciones que se entrecruzan.
El 1 de agosto de 2011, el blog espacioperdido publicó un post que empezaba con una historiografía parcial del viaje en tren en México:
En 1999 cerró definitivamente la estación de ferrocarriles de Buenavista.  Tiempo atrás se venían cerrando otras estaciones en distintas partes de la Republica.  Con ello se cancelo definitivamente un logro de principios del siglo XX en México:  el transporte ferroviario de pasajeros.  Actualmente solo quedan algunas rutas de carga….  Cargan mercancías, en forma de bienes y, desgraciadamente, de personas.  Desde la frontera sur, en Ciudad Hidalgo, colindante con Guatemala, hasta las principales ciudades de la frontera norte, circula una de las mayores vergüenzas nacionales. La bestia El tren de la muerte devora a miles de centro y sudamericanos. Viajan sobre los vagones, entre ellos y expuestos a todo, incluida la peor amenaza:  el hombre.
Cargo train carries migrants traveling accross Mexico to cross the border into the United States. Image by Pedro Ultreras from his film The Beast, used with his permission
Tren de carga que lleva migrantes y que viaja por México para cruzar la frontera hacia Estados Unidos. Imagen de Pedro Ultreras de su película La bestia, usada con su autorización.
El blogger Eduardo Barraza, que escribe para el sitio de periodismo de basebarriozonaarroja [en] más luces a los viejos trenes de carga que atraviesan esta peligrosa ruta, y los pasajeros que pueden o no llegar a sus destinos.

En Estados Unidos, muchas personas se refieren a ellos peyorativamente como “ilegales.” En el corazón de América Central, estos seres humanos representan a algunos de los más dispuestos, desesperados pero tenaces hombres y mujeres que dejan sus empobrecidos países con la esperanza de que les vaya bien en Estados Unidos.
Como no pueden pagar otra forma de transporte, pero también buscan evitar los puntos de control de migración mexicana, miles de ciudadanos centroamericanos de países como El Salvador, Guatemala, Honduras o Nicaragua, saltan peligrosa y audazmente a trenes en movimiento que van desde el sur de México a muchos destinos en el norte a lo largo de la frontera estadounidense-mexicana.
Sorprendentemente, ambos bloggers escriben con referencia no solamente a la historia reciente de la región, sino también a un artefacto cultural específico formado por esos acontecimientos materiales: un documental que toma su título del siniestro sobrenombre que los migrantes dan a los trenes de carga que arriesgan la vida y las extremidades para abordarlos.
Director Pedro Ultreras on 'The Beast'. Image used with Pedro Ultreras' permission.
Director Pedro Ultreras en 'La bestia'. Imagen usada con autorización de Pedro Ultreras.
La Bestia, de Pedro Ultreras, lanzado originalmente en 2010, hace una crónica de la travesía del cineasta encima de los vagones de carga con los migrantes, y capta para el archivo cultural una peligrosa travesía entre muchos otros que cada día realizan migrantes desvalidos y desesperados en busca de una trabajo remunerado y una vida mejor para ellos y sus familias. Brinda un testimonio visual de los acontecimientos que se quedan sin ser informados, o de los que se informa poco, en los medios tradicionales.
El director ha publicado una sinopsis de la película en YouTube.




El documental ha sido proyectado este verano en ciudades y pueblos a lo largo de la ruta de la caravana ‘Paso a Paso hacia la Paz' [en], que incluye a cientos de migrantes indocumentados y familiares, así como activistas de derechos humanos que marchan en contra de las violaciones en curso de los derechos de los trabajadores migrantes y exigen justicia y protección legal para esta población vulnerable.
Como se refleja en Twitter, la respuesta a la película ha sido positiva y de apoyo. Georgina Cobos (@Ginacobos) comunica la próxima proyección de la película en el Senado mexicano:
Gran tarde con Pedro Ultreras que manana muestra #LaBestia al senado.
Jessca Ramírez (@Jey_21), estudiante de comunicaciones de la UNAM, instó a sus seguidores a ver la película:
odos deberiamos verlo, estara hasta el miercoles en la Cineteca.  El director lo realizo con SU dinero y deberiamos apoyar #LaBestia
Barbara Cabello (@Barbara_106) aventuró sus opiniones sobre la película y la realidad que documenta:
#labestia en @cineteca nacional que buen documental, que triste que esto este en las entranas de Mexico y no se haga nada
En ‘Migrantes como blancos de las políticas de seguridad‘ [en], Christine Kovic blogger y profesora de Antropología hace referencia a un grupo de migrantes que fueron secuestrados el  23 de junio mientras intentaban llegar a Estados Unidos en un tren de carga:
Migrant woman on 'The Beast'. Image used with Pedro Ultreras' permission.
Mujer migrante en 'La bestia'. Imagen usada con autorización de Pedro Ultreras.

Lo que los funcionarios no pueden negar es el extremo sufrimiento y vulnerabilidad de los migrantes centroamericanos que cruzan México. Sin dinero para pagar polleros (traficantes de personas) ni para evitar puestos de control, miles de migrantes se suben a la parte de arriba de los vagones donde están expuestos a la lluvia, temperaturas extremas, deshidratación y electrocución. Muchos han perdido extremidades o la vida como consecuencia de caídas de los trenes.
Viajando de manera clandestina, los migrantes son vulnerables a los asaltos, robos, extorsión, violación y muerte.
Incluso con evidencia tan poderosa de las dificultades de los que están dispuestos a arriesgar sus vidas a lo largo de la peligrosa “senda migrante”, tal vez se necesite un ángulo más amplio para situar los terrores de “La bestia” en un significativo contexto geopolítico. En el mismo post, Kovic establece que las operaciones para impedir el paso de migrantes a través de la frontera EE-UU.-México -sin importar la cifra de sufrimiento humano- ha llegado últimamente a la frontera sur de México.
Las políticas disuasivas han llegado al sur de México, donde los funcionarios de migración han aumentado las estrategias de aplicación de la ley, sobre todo a lo largo del istmo de Tehuantepec, el punto más estrecho de México. Esta es una estrategia de seguridad alentada por Estados Unidos para limitar la migración centroamericana. Más recientemente, el Plan México, que tiene el respaldo de EE.UU., y que también es conocido como la Iniciativa Mérida, aportó una significativa financiación a México con la intención señalada de “asistencia de seguridad para diseñar y llevar a cabo medidas contranarcóticos, contraterrorismo y de seguridad fronteriza”.  Como observó Thomas Shannon, Asistente de Secretario de Estado en 2008, “hasta cierto punto, estamos blindando el TLC”. Lo que no dice es que al hacerlo, los migrantes pobres de la clase trabajadora, entre otros grupos, se quedan sin protección  por el “blindaje” y hasta se convierten en blancos de medidas de seguridad.
En junio de este año, la Fiscal General mexicana, Marisela Morales, identificó la protección de la frontera sur de México como asunto de seguridad nacional, y declaró que el “flujo ilegal de personas y mercaderías que existe y la delincuencia que genera exigen una coordinación institucional fortalecida para mejorar la vigilancia, la seguridad y respeto a los derechos humanos”. Kovic conecta las ideas:
Si los migrantes indocumentados que pasan a través de la región son parte del “flujo ilegal de personas”, entonces en vez de ser sujetos de respeto a los derechos humanos, se les ve como generadores de delincuencia. Este marco de trabajo explica en parte las acciones e inacciones de los gobiernos mexicanos, estadounidenses y centroamericanos que llevan a abusos de los derechos humanos de los migrantes. Estos gobiernos, junto con las corporaciones transnacionales, crean las condiciones económicas que originan la migración. Las políticas de aplicación de la ley, incluidos los puestos de control en las autopistas y a lo largo de la frontera EE.UU.-México, hacen que la gente viaje en condiciones extremadamente peligrosas y crean un mercado para el tráfico de personas. Finalmente, la impunidad perpetúa el abuso pues los responsables no son procesados.

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