El puente de Los Pinos, un eslabón vital para la comunicación ferroviaria entre Pinar del Río y La Habana —cuyo colapso a principios de año provocó que la travesía entre las dos provincias demorara dos horas adicionales y demandara entre 150 y 400 litros más de combustible—, ha vuelto a dar paso a los trenes tras varios meses de intenso trabajo.
Acometida por fuerzas de la Empresa Constructora Integral #2 de Artemisa, la Empresa Planta Mecánica (FAME) del Ministerio de la Industria Sideromecánica y cuatro brigadas de Vueltabajo, la reparación capital de la estructura de hormigón de 45 metros de largo, le devuelve los parámetros originales, incluida la velocidad de circulación a 70 kilómetros por hora, según los especialistas.
Félix Cruz, quien dirige la actividad ferroviaria en el territorio, recuerda que la falla del puente, en el mes de enero, puso en peligro el paso a través de él, y obligó a establecer que los trenes que entraran o salieran de Pinar del Río rumbo a la capital del país, se desviaran 33 kilómetros por un ramal utilizado para el tiro de caña, perteneciente al Complejo Agroindustrial 30 de Noviembre.
De esa manera, se logró mantener durante siete meses la circulación de un medio de transporte imprescindible para la provincia, en el cual se mueven anualmente unos 800 mil pasajeros, grandes cantidades de áridos, chatarra, postes eléctricos y telefónicos, el 90 % de la canasta básica y todo el combustible que aquí se consume.
La alternativa conllevó un esfuerzo enorme de los ferroviarios pinareños, al tratarse de una vía concebida para la industria azucarera, cuyos equipos no son tan pesados como los usados en la transportación de cargas o de pasajeros.
"Tuvimos que extremar las medidas de precaución, incluyendo la limitación de la velocidad a 15 kilómetros por hora y la ubicación de cuatro brigadas de mantenimiento de forma permanente a lo largo de ese tramo, para asegurar la vitalidad de la vía", explica Félix.
Además, la variante implicó un sobregasto de combustible en los cerca de 520 viajes efectuados durante ese tiempo, demora adicional y afectación para los habitantes de los poblados de San Cristóbal, López Peña y Taco Taco, que habitualmente utilizan este medio de transporte, quienes se vieron obligados a trasladarse por carretera hasta Candelaria o Los Palacios para poderlo abordar."Por tanto, el restablecimiento de esta estructura, luego de un complicado proceso de reparación, representa un importante beneficio, tanto en el plano económico como desde el punto de vista social", apunta el director de ferrocarriles aquí.
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