Cuando dos moles de acero se estrellan no hay testimonio que pueda describir el terror.
Carlos Ventura tiene 22 años y dos de vigilante del tren, durante los cuales nunca le había tocado ver un accidente en vivo.
"Un tren estaba detenido y me correspondió la encomienda de revisar las góndolas por si las tapas estaban abiertas y había algún ‘trampa’ (indocumentado) oculto, cuando escuché un rechinido que subía de intensidad y luego otro tren se estrelló con las tolvas, estaba yo a 50 metros de la última, la que recibió el primer impacto.
"Lo que hice fue correr todo lo que pude y por poco muero aplastado, porque las tolvas se caían muy rápido, aunque parecía que caían en cámara lenta", describió el muchacho.
En el encontronazo la tripulación del convoy que chocó resultó lesionada.
El más grave de ellos fue el maquinista Lorenzo Reyes Hernández, de 53 años, quien alcanzó a decir que hubo un error humano.
"No hicieron el cambio de vía", insistió, mientras era trasladado en la ambulancia junto con el operador y el conductor.
‘MOSCAS’ INDOCUMENTADOS
"Hemos viajado muchos días", explicó Henry López, hondureño de 22 años: "Vamos solamente nosotros cuatro, somos de Honduras, íbamos en una tolva cuando ocurrió el choque, llevaba piedritas y por poco nos aplastan."
"No nos dimos cuenta de nada, sólo escuchamos el rechinido y cómo iba deteniéndose el tren, hasta que de pronto hubo una fuerte sacudida y las bolitas se fueron para delante y casi nos aplastan", explicó.
Junto con él viajaban los hondureños William Raudeles, de 50 años; Edilio Ricardo Ramos, de 23, y Carlos Alfredo López, de 22 años.
El accidente sucedió en la Estación Tizoc, del municipio de Parras, a 111 kilómetros de Saltillo, donde primero un convoy de 77 furgones se detuvo para inspección en una vía de descanso.
Pero alguien olvidó hacer el cambio de vía para que otro convoy, de 86 furgones, continuara por la vía principal.
EL IMPACTO
Las máquinas 4566 al frente y 4632 enseguida, se estrellaron contra una tolva del primer convoy provocando que 15 tolvas se volcaran, dos de ellas destrozadas por el fuerte impacto.
Tres vagones quedaron ladeados; del convoy que se estrelló, las dos máquinas se salieron de la vía, así como dos góndolas cargadas con pepitas de hierro, las "bolitas" que citaron los migrantes.
Los furgones quedaron esparcidos en un tramo de 600 metros y se dañaron 200 metros de la vía de descanso.
Personal de la empresa ferroviaria señaló que las vías quedarían liberadas en unas cuantas horas y que la vía principal no sufrió daños.
Los lesionados fueron trasladados a la Clínica 6 de Parras.
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