Si se cumple con exactitud el anuncio hecho esta mañana por el portavoz del presidente de Filipinas Edwin Lacierda será posible peregrinar hasta el santuario de Peñafrancia el próximo mes de septiembre en tren. Este año vuelve a entrar en servicio la línea de 400 kilómetros entre Manila y Naga que llevaba años cerrada debido al abandono y al efecto de los tifones.
De las palabras del portavoz presidencial se desprende que la recuperación de los servicios de larga distancia en esta línea de ferrocarril será gradual comenzando el próximo 29 de junio. La idea es ofrecer en septiembre cuatro conexiones diarias con trenes compuestos por seis coches y una capacidad de 400 pasajeros. En ese momento el ‘Bicol Express’ puede competir con los autobuses de línea si consigue rebajar su tiempo de viaje de las diez horas que actualmente emplean.
Para llegar a este nivel de servicio habrá que tener antes los nuevos coches que se utilizarán en la línea y que serán donados por el gobierno de Japón. La empresa nacional de ferrocarriles de Filipinas (PNR) comercializará dos tipos de billete. El correspondiente a la clase turista, con asientos reclinables y sistemas de audio y video a bordo y el del coche cama. Habrá también un vagón restaurante con servicios de primera clase.
La recuperación de la línea de tren entre las estaciones de Tutuban, en Manila y central de Naga, en el sur de la isla de Luzón ha absorvido 1800 millones de pesos, cantidad a la que se suman otros 250 millones invertidos en la adquisición del material rodante.
Aunque se dice que ciertos trenes sólo pasan una sola vez, éste acumula un historial amplio de inauguraciones y desapariciones. El ‘Bicol Express’ entró en servicio en el año 1938, bajo los auspicios de la administración colonial de EE UU como extensión de la gran popularidad que este medio de transporte público había alcanzado en la metrópoli. Sin embargo en 1970 la falta de mantenimiento y los desastres meteorológicos pudieron más que el tren. Recuperado en 1985 la línea languideció progresivamente hasta que uno de los tifones ocurridos en el año 2006 obligó a echar el cierre de nuevo.
Ahora se espera que la reapertura beneficie al turismo del sur de la isla de Luzón y también al empleo ya que se han hecho numerosas contrataciones, incluyendo la formación de una ‘policía ferroviaria’ que vigile el estado del trazado y los empalmes en el recorrido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario