Luego de la bendición del Cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, Presidente de Caritas Internationalis, a las 10 en punto se volvió a abrir el macizo portón corredizo que divide los rieles del Vaticano de aquellos italianos. Bajo los flashes de fotógrafos y los reflectores de las televisiones italianas y extranjeras inició lentamente el espectacular viaje hacia la ciudad de Orvieto de este convoy extraordinario, compuesto por carrozas de los años 20 y 30, y del que tomaron parte autoridades religiosas y civiles, representantes de las instituciones, del cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, benefactores de Caritas y periodistas. Objetivo de esta iniciativa fue también recaudar fondos para la labor de la Confederación fundada en 1931 que coordina la obra humanitaria de la Santa Sede.
Desde hacía nueve años que un tren no recorría oficialmente los casi novecientos metros de rieles de la ferrovía internacional más corta del mundo: aquella que une la estación de la Ciudad del Vaticano a la estación italiana más cercana. En efecto, la ultima vez fue en enero del año 2002 y a bordo de ese convoy viajaba el Beato Juan Pablo II, dirigiéndose a Asís para la Jornada de Oración por la Paz en el mundo. Cuarenta años antes, en 1962, el Beato Juan XXIII realizó el mismo recorrido. Uno de los vagones que en ese entonces recibieron al Papa Roncalli formaba parte del tren de este sábado.
La locomotora que ayer viajó a la ciudad de Orvieto estuvo dedicada al Beato Juan Pablo II. El primer vagón - el coche-salón - al patrono de Caritas Internationalis, San Martín de Porres, en representación de Latinoamérica. El segundo vagón estuvo dedicado a Santa Mary Mac Killop, representando a Oceanía.
Representando a Norte America, el tercer vagón estuvo dedicado a Santa Catherine Drexel. El cuarto vagón a los Santos Vicente de Paúl y Louise de Marillac, en representación de Europa. El quinto vagón a Santa Josephine Bakhita, por África. El sexto vagón a la Beata Madre Teresa de Calcuta, en representación de Asia, y el séptimo, representando a Oriente Medio y Norte África, estuvo dedicado a Santa Mónica. Como programado, puntual a las 12.20 - hora italiana- el tren llegó a la pequeña estación de la ciudad situada en la región italiana de Umbría.
A bordo del “Caritas Express” camino a Orvieto, preguntamos al Presidente de Caritas Internationalis, Cardenal Rodríguez Maradiaga, sus impresiones sobre esta original iniciativa
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