miércoles, 13 de abril de 2011

Robos de cobre, la pesadilla en ferrocarriles de Europa

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Un fantasma de manos largas está recorriendo Europa.
Atraídos por los altos precios del cobre, los ladrones han desatado una verdadera pesadilla en los ferrocarriles europeos, provocando interrupción y atrasos de viajes, con abierto malestar para los pasajeros y daño en la reputación de los hasta ahora siempre puntuales trenes europeos.

Los operadores están invirtiendo dinero en medidas de seguridad de alta tecnología, con lo que esperan evitar el robo del metal, una tentación abierta para las bandas que miran con apetito como el precio del cobre se ha más que triplicado desde principios de 2008, sumando ya más de US$ 9.000 por tonelada.

"Los ferrocarriles en Europa se convierten en cajeros automáticos. Es como si en vez de billetes sacaran cobre (dinero) en efectivo de nuestras líneas”, dijo Franco Fiumara, director de protección corporativa de Ferrovie dello Stato, operador ferroviario nacional de Italia a la agencia Reuters.

El año pasado, el robo de cable de cobre en Europa causó más de 10.000 horas de retraso de los trenes y decenas de millones de euros en daños y perjuicios.
Nuevas medidas de seguridad incluyen sobrevuelos de helicópteros de miles de kilómetros de red ferroviaria, medidas legales contra los distribuidores de chatarra y la investigación de sustitutos del cobre.

Pero a menos que los operadores encuentren una alternativa viable al cobre - o el metal de repente pierde el valor suficiente para ser atractivo para los ladrones - la guerra es probable que se prolongue, y con ello los retrasos de los trenes para los viajeros europeos.


Una portavoz de la empresa estatal de Francia operador ferroviario SNCF dijo que la mayoría de 30.000 km, el operador de cables de cobre se encuentran junto a las vías del tren, cubierto por una fina capa de cemento.

Los ladrones romper la carcasa, cortan el cable y enrollan en carretes todo lo que pueden. Puede robar cientos de metros de cable, que es de varios centímetros de espesor.

Interrumpir el flujo de electricidad en el sistema provoca automáticamente una señal en rojo, paralizando el servicio, ya que los trenes que se aproximan entienden que otro tren está bloqueando su camino.

El año pasado en Francia, donde unos 132 millones de personas viajaron por trenes de alta velocidad, el robo de cobre causó 5.800 horas de retraso, el triple de la cantidad a partir de 2009. El costo de los daños se elevó a 30 millones de euros de los 20 millones que era en 2009.

El panorama no es más brillante en Gran Bretaña, donde National Rail predice que el robo de cobre hará que se sumen alrededor de 500.000 minutos de retraso este año, además de millones de libras en daños y perjuicios.

En Italia, los ladrones de cobre alcanzaron una estación en el centro de Roma en enero, paralizando el tráfico durante seis horas.

El tren que lleva a Fiumicino, el aeropuerto internacional de Roma, sufrió un retraso de hasta 60 minutos.

Todos trabajan en medidas de seguridad con altas inversiones, pero están conscientes de que mientras el cobre siga en alza la amenaza sigue presente.

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