domingo, 27 de marzo de 2011

Tren a Punta Alta, entre la utopía y la realidad

La reactivación del servicio ferroviario entre las estaciones Sud y Solier es motivo de reclamos y gestiones, especialmente en el distrito de Coronel Rosales. Los vecinos quieren una alternativa a la línea de ómnibus 319. Sin embargo, 18 kilómetros de vías ya no existen.


 Dejaron de correr hace casi 20 años y aún hoy muchos siguen sin entender porqué desaparecieron.
     Durante cinco décadas los trenes entre Bahía Blanca y Punta Alta fueron el nervio motor del transporte público de pasajeros.
     Hasta fines de los '60, una docena de servicios diarios enlazaban la Estación Sud con sus similares puntaltenses de Puerto Belgrano y Almirante Solier. A la primera tardaban 42 minutos, a la segunda 56.
     Las formaciones eran tiradas por locomotoras a vapor y posteriormente por coches-motor Fiat y máquinas diesel como las Baldwin, Cockerill y GT22.
     Lentamente, en parte por la motorización de la Argentina, que puso el automóvil al alcance de muchos,y la fuerte competencia del ómnibus, los trenes fueron perdiendo peso.
     También debe sumarse la progresiva desatención del Estado en el tema y no pocas políticas desacertadas por parte de las autoridades ferroviarias en cuanto al cierre de ramales e incumplimiento de las frecuencias.
     Mientras que en 1951 los trenes locales a Ingeniero White, Garro, Spurr, Galván y Puerto Belgrano transportaron 1.800.000 pasajeros, en 1977 los boletos cayeron a sólo 93.000.
     El golpe de gracia se produjo en 1992, por decisión del gobierno nacional, aunque, como transporte público, los trenes locales ya habían muerto mucho antes.
     Pero a la inactividad debe sumarse algo peor: el levantamiento de 18 kilómetros de rieles, además de la canibalización de alcantarillas y puentes.
     Frente a ese escenario, ¿es posible que el tren vuelva a correr entre Bahía Blanca y Punta Alta --como pretenden vecinos y ex ferroviarios puntaltenses--, o bien se trata de una utopía alimentada por nostálgicas pretensiones?
     "Lo veo posible, todo depende de las gestiones que se hagan, no sólo me refiero a un compromiso de ambos municipios, sino también a que el Estado no se olvide que acá hubo una sustracción de material de su propiedad", sostuvo Miguel Angel Acosta, impulsor de la cooperativa ferroviaria puntaltense que se arma para concretar el proyecto.
     Según Acosta, una de las claves para recuperar el servicio consiste en lograr que el gobierno nacional dé por terminada la concesión de ese tramo a la empresa Ferroexpreso Pampeano.
     "Entre Villa Arias y Cabina Este (en proximidades de El Saladero) se llevaron unos 18 kilómetros de vías. Desarman una que tienen en desuso para armar otra y el subsidio que le da el Estado por el mantenimiento se lo guardan", denunció.
     Acosta, quien trabajó en el ferrocarril hasta 1991, dijo que se están haciendo las presentaciones judiciales correspondientes y se espera que la Administración de Infraestructura Ferroviaria (ADIF) se presente con un fiscal para dar respuesta a las denuncias locales.
     "Ni el terraplén quedó en algunos tramos. Ferroexpreso deberá restituir la vías porque el Estado le entregó el ramal completo", dijo, para luego señalar que incluso había una vía doble que iba a Spurr a la que le sacaron todos los durmientes.
     Federico Weinhold, otro miembros de la futura cooperativa, explicó que en reuniones con la ADIF, miembros de este organismo nacional les dijeron que, si Ferroexpreso Pampeano no cumple con sus obligaciones, el Estado le puede retirar la concesión del tramo donde se comprueben irregularidades.
     "Las vías y el material que fue sacado tiene que ser repuesto por Ferroexpreso, que tenía a cargo su funcionamiento. Por negligencia, omisión o por cuestiones que investigará la ADIF, van a tener que demostrar por qué faltan esos materiales", agregó.
     En el mismo sentido se pronunció Ariel Ramírez, profesor de Historia y fundador del Centro de Estudios Ferroviarios del Sudoeste Bonaerense, grupo que algunos años atrás presentó un proyecto para la recuperación del servicio de trenes entre Bahía Blanca y Punta Alta.
     Ramírez y el doctor Orlando Fabián Granizo fueron de los primeros en recorrer y comprobar el desmantelamiento del ramal en 2004.
     "Todo ha sido canibalizado, se han roto los rieles, se han robado durmientes, los tamariscos que estaban a la vera de la vía socavaron terraplenes, puentes y alcantarillas", dijo.
     Luego señaló que el robo de rieles y durmientes no fue obra de personas necesitadas que usan la madera para calefaccionarse en invierno.
     "Los rieles fueron robados por algunos chatarreros y no sé si lo hacen con la connivencia de alguien más porque, cuando recorrimos los 32 kilómetros que tiene el ramal entre Bahía y Punta Alta, vimos un camión con cortadoras de oxiacetilénico. Acá hay cuestiones oscuras sobre qué sucedió realmente".
El futuro. Ramírez advirtió que, sin el apoyo de quien ocupe la intendencia puntaltense, este proyecto seguirá siendo inviable.
     "Necesitamos la mano del Estado para reconstruir esas vías que están concesionadas, creo que a Ferroexpreso Pampeano, y que por ley esa empresa debe mantener", dijo.
     También recordó que entre otras gestiones realizadas, en 2002, junto a Granizo ofrecieron ser un puente entre el municipio de Coronel Rosales, la Provincia y la Nación para desarrollar un servicio de trenes rápidos.
     "Si bien las cooperativas de trabajo --como las que plantea Acosta-- son interesantes para reparación y reestructuración de vagones, estaciones o apeaderos, la presencia el Estado resulta vital en esto de construir y mantener ramales ferroviarios.
     "Nos reunimos con el intendente rosaleño Néstor Starc ni bien asumió su primer mandato. Dijo que iba a respaldar la idea pero en los hechos no hubo apoyo ni intención de ponerse al hombro este proyecto de reactivación ferroviaria".
     Desde la futura cooperativa se apunta a la recuperación, por parte del Estado, del ramal, luego de que la empresa concesionaria acondicione los rieles.
     Posteriormente se emplearían coches livianos como el Tecnotren (ver aparte) que permitirán abaratar el valor del pasaje desde los 6 pesos que hoy cuesta el boleto de ómnibus a 3,50.
     "Los trenes tardarían unos 40 minutos. El colectivo, cuando no se rompe en el camino, demora casi una hora. La gente podría viajar en ómnibus hacia el sector de los hospitales Penna e Italiano y en tren hasta el Parque de Mayo y la UNS, combinando con el tren a Buenos Aires", puntualizó.
     Por ahora, las reuniones apuntan a constituir rápidamente la cooperativa ferroviaria, lograr que la ADIF recupere el ramal saqueado y lo concesione a los miembros de la nueva entidad para que estos operen el servicio.
     "¿Utopía o realidad? El final está abierto.

En Facebook. Al menos dos grupos trabajan desde Facebook para el regreso del tren. Se autodenominan Unión Ferroviaria Punta Alta Bahía Blanca y Queremos que vuelva el tren de Punta Alta a Bahía Blanca.


Dos modelos posibles

* Vehículo bidireccional especialmente apto para trochas ancha o media y servicios urbanos e interurbanos de corta distancia.
* Se basa en un coche motor, con tracción en sus cuatro ruedas, provisto de dos frentes desmontables de acceso y conducción, con capacidad para 50 pasajeros. Uno o ambos frentes pueden remplazarse fácilmente por semiacoplados, llevando la capacidad de la dupla a 100 pasajeros o de la triple a 150 pasajeros.
* La formación puede circular a una velocidad máxima de 55 kilómetros, con un consumo de sólo 90 litros de gasoil cada 900 kilómetros.
* Posee un motor diesel de Fiat Duna, es de piso bajo, a un solo nivel, sin escalones ni pendientes y a 20 cms. de las vías permite el fácil y rápido ascenso y descenso de sus pasajeros sin necesaria dependencia de andenes. También da oportunidad al ingreso de sillas de ruedas

Cochemotor Materfer, con motor de camión Scania


* Vehículo bidireccional diseñado para servicios de media distancia, es decir, de manos de 500 kilómetros o 10 horas de viaje.
* Está compuesto por dos cuerpos con doble cabina de mando, una en cada extremo, equipados con aire acondicionado, baños químicos, butacas reclinables, puertas automáticas y capacidad para 132 pasajeros.
* Para la propulsión se utilizó un motor de camión Scania, capaz de impulsar el tren a una velocidad máxima de 120 km/h.



¿Cuatro millones de dólares?
     Ramírez indicó que en 2004 el costo de un kilómetro de vía, hecho desde cero, rondaba los 330 mil pesos.
     "Tengo entendido que ahora los rieles no se fabrican en el país, lo que encarece su precio. Entonces, no sería descabellado hablar de un costo de 500 mil pesos por kilómetro de vía simple.
     "Acá --agregó--, son 32 kilómetros, es decir 16 millones de pesos (4 millones de dólares), pero de una vía simple, lo que requiere un desvío para que se estacione una de las dos formaciones cuando se crucen en el trayecto, o bien hacer una vía doble".
     Tras señalar que la última reparación de esa vía fue realizada en 1988, consideró que la renovación deberá ser total.
     "Sin ser un especialista, considero que si los tamariscos rompieron la estructura de los terraplenes, si se canibalizaron y robaron rieles y durmientes y si la zona salitrosa socavó gran parte de la estructura, significa que hay que hacer un trabajo desde cero", argumentó.


Por la historia
* Dos fueron los ferrocarriles que unieron nuestra ciudad con Punta Alta. El primer tendido de rieles correspondió al denominado Ferrocarril Estratégico que, partiendo de Grünbein, llegaba a la Base Naval de Puerto Belgrano. Fue realizado por la compañía Ferrocarril del Sud y habilitado en 1898. En 1945, aproximadamente, fue levantado.
* El otro ferrocarril fue realizado por la empresa que explotaba la línea Rosario-Puerto Belgrano, que en 1922 extendió los rieles entre Punta Alta y nuestra ciudad, con terminal en Brown al 1800.
* Crónicas de la época sostienen que a la estación Solier, el viaje directo insumía 25 minutos. Los trenes corrieron a la Estación Rosario (luego terminal de ómnibus) hasta el 9 de julio de 1949. Por disposición del gobierno peronista, a partir del 11 de julio los convoyes hacían el viaje entre las estaciones Sud y Solier. El tramo de vías entre la estación Rosario y el hoy paraje El Triángulo, fue vendido y desmantelado.

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