El Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS), junto a las empresas valencianas Ferro Spain, Piel SA, Vossloh y Talleres Xúquer, desarrolla nuevos biomateriales para sustituir las piezas de plástico del interior de los trenes.
Según un comunicado de AIMPLAS, se está analizando el uso del lino y el cáñamo como refuerzo del material plástico por su rigidez y resistencia, así como por su larga historia en el cultivo y utilización en Europa.
Según la responsable de Automoción y Transporte de AIMPLAS, Rosalía Guerra, se están centrando en la fabricación de la consola de mandos del conductor, aunque se ampliará la aplicación de estos biomateriales a otras piezas, como el tabique de separación sala-cabina, la puerta de comunicación con la sala de pasajeros, los armarios o los recubrimientos para el techo y las ventanas.
A través de este proyecto, denominado BIOFOC y que se enmarca en las Acciones Estratégicas de Diversificación Industrial para la Comunitat Valenciana de la Generalitat, AIMPLAS espera mejorar la seguridad para los pasajeros, ya que se investiga aumentar la resistencia al fuego de las piezas que se desarrollarán, reduciendo el riesgo de propagación de las llamas y humo en caso de incendio.
En este sentido, Sergio Fita, investigador principal del proyecto, ha explicado que se trabaja "con nanomateriales para mejorar la resistencia al fuego de las piezas que se van a desarrollar, con el objetivo de que cumplan con la legislación que se va a aprobar, mucho más restrictiva en este aspecto".
Los biomateriales tienen ciertas ventajas frente a los materiales tradicionales, ya que proceden de fuentes renovables, son abundantes y económicos, tienen un peso ligero, no tienen un efecto negativo sobre los sistemas de procesado y no producen irritaciones u otros efectos sobre la seguridad y la salud durante su manipulación.
Además, presentan buenas propiedades mecánicas y de aislamiento acústico y térmico, el coste de producción es mucho menor y durante su producción se reducen las emisiones contaminantes.
Actualmente se está realizando el diseño y desarrollo de las piezas y, en una fase posterior de la investigación, se validará que los nuevos materiales cumplan con las propiedades que se les exige, garantizando que tengan mejores propiedades que los plásticos que se están utilizando actualmente.
Para ello se comprobará, entre otras características, cómo se deterioran las piezas a causa de la luz solar o cómo resisten a los productos de limpieza que se van a utilizar sobre ellos. EFE
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