domingo, 21 de noviembre de 2010

Del tranvía al tren vertebrado

Con los convoyes aún en la estación de A Florida, hace 40 años se empezó a conjeturar con un proyecto de convoy para unir Vigo con Baiona aprovechando la antigua línea

Aunque se barajaron proyectos para Caracas, Madrid y varias poblaciones catalanas, este tipo de tren sólo llegó a funcionar en Las Palmas, pero las críticas empezaron con las obras, en 1972 por el fuerte impacto visual que suponían los pilares y vigas de sustentación. En la primera prueba, el tren circuló a la velocidad ´del paso de un hombre´ y la oposición se mantuvo hasta el desmantelamiento de las vigas y horquillas, tres años más tarde.
Aunque se barajaron proyectos para Caracas, Madrid y varias poblaciones catalanas, este tipo de tren sólo llegó a funcionar en Las Palmas, pero las críticas empezaron con las obras, en 1972 por el fuerte impacto visual que suponían los pilares y vigas de sustentación. En la primera prueba, el tren circuló a la velocidad "del paso de un hombre" y la oposición se mantuvo hasta el desmantelamiento de las vigas y horquillas, tres años más tarde.

Hace cuarenta años, ingenieros de la empresa "Trenes Vertebrados S.A." ultimaban los estudios económicos para la implantación de un sistema de transporte colectivo entre Vigo y Baiona tras la desaparición del llamado tranvía de la costa. Se aprovechaba la antigua línea, se barajaba una autopista de peaje bajo las horquillas y, si la cosa fraguaba, se anunciaban dos líneas más, Vigo -Porriño y Vigo- Samil, trayecto que se haría en dos minutos.

JAVIER MOSQUERA Cuando aún no se habían cumplido dos años de la desaparición de los tranvías, que se pudrían a la intemperie en A Florida y en plena operación anti raíles por toda la ciudad, para taparlos o retirarlos de las calles "debido al sinfín de inconvenientes que suponen para el tráfico rodado y por el estado de abandono en que se encuentran", ingenieros de la empresa "Trenes Vertebrados S.A." culminaban en Vigo los trabajos para la realización del estudio económico para la instalación entre Vigo y Baiona del tren vertebrado diseñado por el ingeniero vasco Goicoechea Omar, creador del tren Talgo.
El 22 de noviembre de 1970 y según la crónica de FARO DE VIGO, los ingenieros abandonaron la ciudad camino de Santiago para desde allí y por vía aérea regresar a Madrid con toda la documentación precisa para determinar la viabilidad del proyecto, tras haber realizado "un detenido recorrido a lo largo de la línea acompañados por alto personal de Tranvías Eléctricos de Vigo, S.A. y poniendo especial atención a la capacidad de adaptación de la misma a las necesidades del nuevo tren".

Al despedir a los técnicos, un portavoz de la compañía de tranvías manifestaba que quedaban a la espera de los resultados del estudio económico para decidir definitivamente si financiaban o no la instalación del citado tren, aunque los indicios obtenidos les hacían pensar que el proyecto era viable "y de llevarse a cabo vendría a reportar un considerable beneficio para toda la zona del Valle Miñor".
En la información de FARO se daba cuenta de la excelente disposición de las autoridades provinciales y locales para la materialización del proyecto y la entusiasta actitud del ingeniero señor Goicoechea de dirigir él mismo las obras". También los alcaldes de la zona se mostraban encantados con un proyecto que veían como una solución a los problemas de comunicación y anunciaban su intención de apoyarlo con todos los medios a su alcance. 
Al tiempo, se anunciaba que de realizarse la instalación "y comprobada su bonanza, se procedería al estudio de otras similares entre Vigo y Porriño y Vigo y Samil, recorrido que en éste último caso podría efectuarse en dos minutos una vez concluída la urbanización de la playa".
Los técnicos consideraban que el estado en que se encontraba la línea Vigo- Baiona permitiría la construcción de una autopista de peaje bajo las horquillas del tren, "que además de servir como vía de descongestión de la carretera actual posibilitaría un abaratamiento del precio de los billetes, lo que redundaría en beneficio de los usuarios".
Cuarenta años después se sigue añorando el tranvía de la costa, del tren vertebrado no se volvió a saber y la antigua vía es una carretera llamada autovía.

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