martes, 8 de noviembre de 2011

MEXICO - El ferrocarril


TACONES EN LA OBRA
Daniella Giacomán
¿Quién no viajó alguna vez en tren? O al menos, ¿quién no ha visto una película romántica donde la amada despide a su enamorado que se sube a la parte trasera del tren en marcha? Creo que todos los mexicanos hemos tenido la oportunidad de conocer de cerca a esta importante vía de comunicación que, entre otras cosas, contribuyó en gran parte al desarrollo de La Laguna. Hoy recuerdo a esos hombres importantes con overol y gorra que dieron su vida por los trenes, y que incluso hay descendientes de ellos en la ciudad que promueven el valor del ferrocarril en la historia de la Comarca Lagunera.
Uno de ellos es Nelson de Ávila, a quien conocí hace como 12 años, cuando unos compañeros y yo, hicimos un trabajo precisamente sobre el tema. No recuerdo mucho de la entrevista pero entre lo que nos compartió es que (creo) su papá era ferrocarrilero y tenía muchas anécdotas que contar.
Precisamente para tener una idea de lo que se vive en un vehículo de esta magnitud, se encuentra la locomotora 1140 en el Museo del Ferrocarril, ubicado en el poniente de la ciudad. La cifra 1140 engloba muchas coincidencias como la distancia entre México y Ciudad Juárez que eran mil 140 kilómetros y la ubicación de la ciudad respecto al niver del mar, está a mil 140 metros sobre éste. En este mismo recinto cultural, está el vagón de la ciencia y otro más, donde se muestran accesorios que eran utilizados en cualquier tren de aquella época. ¿Se imaginan a los ferrocarrileros trabajando de noche o suplicando porque no hubiera un mal clima?
Otro de los aspectos importantes es que en los albores del siglo 20, el ferrocarril era utilizado por los comerciantes de Torreón para adquirir sus productos pues llegaban vagones y vagones con semillas, granos y otros alimentos y los laguneros tenían la oportunidad de comprarlo para luego revenderlos. ¿A que viene todo esto? A redescubrir la importancia de los hombres quienes dieron su vida a lo largo y ancho del país a estas vías de comunicación que, en la actualidad ya quedan pocos vagones para pasajeros, ya que la mayoría son de carga. Y finalizo esta columna con una felicitación a los ferrocarrileros e hijos de ferrocarrileros que siguen promoviendo el valor de esta vía de importancia. Por cierto, ayer fue su día en México, para conmemorar la llegada del ferrocarril hace casi 130 años.

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