El Consejo de Estado (Ejecutivo chino) ordenó hoy reducir la velocidad de los "trenes bala" del país durante una campaña de inspecciones de seguridad en la red ferroviaria, a raíz del accidente que el pasado 23 de julio causó 40 muertos y cerca de 200 heridos.
Todas las líneas de alta velocidad ya operativas y aquellas en construcción serán inspeccionadas por la Administración Estatal de Seguridad Laboral, señaló el Gabinete presidido por el primer ministro Wen Jiabao, en un comunicado emitido por la agencia oficial Xinhua.
Durante las etapas iniciales de esta inspección, los trenes chinos, que alcanzan velocidades de hasta 350 kilómetros por hora, deberán reducir su marcha "por seguridad y para mejoras en su técnica y en la gestión" de la red.
Al mismo tiempo, el Gobierno chino reconsiderará la seguridad de aquellos proyectos que ya había aprobado pero aún no habían comenzado su construcción, y por el momento detendrá la aprobación de nuevos planes en este sentido.
El accidente de julio, ocurrido en las cercanías de la ciudad oriental china de Wenzhou -de la que proceden muchos residentes chinos en España-, ha costado al Gobierno muchas críticas de la opinión pública, que acusa a Pekín de haber construido la red demasiado rápido y sin atender a la seguridad.
En sólo cuatro años desde que la primera de estas líneas comenzara a funcionar, la red de alta velocidad china se ha convertido en la mayor del mundo, con 9.000 kilómetros; aspira a tener 16.000 en 2015, y ya busca extenderse su tecnología ferroviaria a mercados como EEUU, Europa u Oriente Medio.
El Gobierno, y en particular el Ministerio de Ferrocarriles -cuyo anterior ministro, Liu Zhijun, fue destituido a principios de año bajo sospechas de corrupción- también han sido acusados en la actual crisis de no dar la cifra real de fallecidos en el siniestro, o de enterrar una de las locomotoras siniestradas para "ocultar evidencias". EFE
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