Mientras en el mundo se vive un resurgimiento del tranvía, en La Plata -la primera ciudad de Sudamérica donde funcionó a electricidad- hay quienes sueñan con revivirlo, ya sea como un servicio turístico o un medio de transporte con múltiples ventajas.
Aunque su nombre resuene para algunos a un pasado lejano, el tranvía parece resurgir hoy del olvido para ocupar un lugar de priviligio en el futuro de las urbes. Silencioso, económico y ambientalmente sustentable, sólo en las últimas tres décadas más de 133 ciudades del mundo lo han ido incorporando y otro medio centenar de ellas se encuentra en camino a hacerlo para contrarrestar sus problemas de tránsito y contaminación.
Lo cierto es que mientras que muchas de las urbes más modernas vuelven a adoptar al tranvía como elemento de desarrollo, en La Plata -alguna vez pionera en su utilización- sigue siendo sólo parte del pasado; aunque un pasado lleno de motivos de orgullo.
Lo cierto es que mientras que muchas de las urbes más modernas vuelven a adoptar al tranvía como elemento de desarrollo, en La Plata -alguna vez pionera en su utilización- sigue siendo sólo parte del pasado; aunque un pasado lleno de motivos de orgullo.
Hacía apenas unos años que Berlin había puesto en marcha el primer tranvía eléctrico del mundo cuando en 1892 los platenses presenciaron con asombro la llegada de este medio transporte. Se trató apenas de una prueba, pero debieron pasar varios antes de que cualquier otra ciudad de Sudamerica pudiera imitarla.
Con todo, La Plata no sólo fue la primera del continente en ensayar el tranvía eléctrico; también la unica del pais, junto a Buenos Aires, en contar con una importante red operada por más de una empresa y la última en continuar utilizándolos cuando empezaron a ser dados de baja hacia mediados de la década del sesenta.
Con esos antecedentes y frente al resurgimiento que vive el tranvía en el mundo, hay quienes plantean que La Plata, por sus condiciones ideales, no debería dejar de considerlo como una valiosa alternativa. De hecho, circulan al menos dos proyectos que apuntan a aprovechar la infraestructura existente para relanzar los tranvías en la Ciudad, ya sea como medio de transporte o bien con fines turísticos.
ALREDEDOR DEL CASCO
"A diferencia de otras ciudades que tuvieron tranvía, La Plata fue diseñada para el tranvía. En `Los Quinientos Millones de la Begún`, la novela de Verne en la que se habría inspirado Benoit al diseñar la Ciudad, se explica que el sentido de tener cada seis cuadras una avenida con ramblas centrales es para facilitar la circulación del tranvía, el medio de transporte urbano más importante de la época, ya que entonces no existían los automóviles", explica Daniel Suárez Cores, representante del Ferroclub en La Plata y presidente de la Comisión Elaboradora del Proyecto Metrotram.
Declarado de Interés Municipal por el Consejo Deliberante de La Plata en 2007, el Metrotram es una propuesta de tranvía impulsada desde el Centro de Ingenieros de la Provincia de Buenos Aires. Lo que propone básicamente es utilizar las vías del ferrocarril que subsisten en torno al casco urbano para incoporar un "transporte guiado liviano, con tracción eléctrica, que transite por la avenida de Circunvalación".
"En tres de los cuatro lados del cuadrado que forma el casco platense hay vías que si bien están en desuso son todavía transitables y tienen un enorme valor. Nuestra propuesta apunta a reutilizar esa infraestructura para la circulación de un tranvía, o premetro como se lo llama ahora, que vaya desde la Estación de Trenes hasta Gambier por la avenida Circunvalación", detalla Suárez Cores.
El proyecto del Centro de Ingenieros se basa en las mismas ventajas que muchas ciudades del mundo han venido reconociendo durante los últimos años en torno al tranvía: menos consumo; menos tiempos de viaje, menos riesgo de accidentes, menos ruido en horas pico y menos contaminación ambiental.
CIRCUITO TURISTICO
Sin una idea tan ambiciosa como la que impulsa el Centro de Ingenieros, también Jorge Girbal sueña con la vuelta del tranvía a La Plata. Nacido en la Ciudad hace 81 años, Girbal conoce lo suficiente para asegurar que ese regreso es posible y sin necesidad de una gran inversión: no por nada se ha dedicado gran parte de su vida a documentar la historia de los tranvías platenses.
Autor del libro "Los tranvías que yo he visto", que va por su tercera edición, Girbal conoce como pocos el paso de los tranvías eléctricos por La Plata a lo largo de sus ocho décadas de historia. Ya sea por vivencias propias o por su trabajo como historiador aficionado, puede recrear con precisión los distintos recorridos, los modelos de los coches, la cantidad de unidades de cada empresa y hasta el precio de los boletos.
"Sin querer alimentar una quimera, pienso que todavía hoy se puede hacer algo (para revivir el tranvía) utilizando las vías que se mantuvieron por sí solas durante años", asegura Girbal quien elaboró un proyecto de tranvía turístico por la zona donde alguna vez funcionó una de las dos estaciones locales y, décadas más tarde, estuvo el cementerio de tranvías.
"Alrededor de lo que hoy son los galpones de la dirección de Tránsito, en 49 y 20, quedan aún muchos tramos de vías, algunos de los cuales están a la vista; pero además, sobre la avenida 51, entre 20 y 23, están los postes del tendido eléctrico que utilizaban. Sin duda es un lugar ideal para montar un recorrido turístico aprovechando la fuerte tradición de la Ciudad", asegura el autor, quien boceta el proyecto en su libro.
UNA EXITOSA EXPERIENCIA
Lo que plantea Girbal no difiere demasiado de una propuesta que tiene enorme éxito en la Ciudad de Buenos Aires: los paseos en tranvía que ofrece la Asociación Amigos del Tranvía todos los feriados y fines de semana por el barrio de Caballito, y por donde han pasado ya más de 1.300.000 turistas en los últimos diez años.
El origen de esos paseos que se han convertido en uno de los atractivos turísticos porteños comenzó tres décadas atrás a partir del entusiasmo de un pequeño grupo de fanáticos del tranvía. Sin mas recursos que su propio fanatismo, empezaron a rastrear todo lo que tuviera algo que ver los tranvías y así fueron dando con viejas carrocerías olvidadas, las que reconstruyeron para devolverles la vida.
Producto de aquel esfuerzo sostenido, la Asociación Amigos del Tranvía posee hoy una biblioteca especializada, un publicación propia y catorce coches de distintos modelos entre tranvías de pasajeros, de trabajo, zorras y premetros. Pero además consiguió que el gobierno porteño le facilitara en ciertos momentos la utilizacíón de las vias por las cuales circulan los subterraneos hacia los talleres de reparación, un recorrido de casi dos kilómetros por el barrio de Caballito que se ofrece sin costo alguno para al pasajero.
Con esa experiencia a su espalda, Aquilino González Podestá, el presidente de la Asoaciación Amigos del Tranvía y acaso el mayor experto que existe en Argentina sobre el tema, sostiene que La Plata no sólo da para un revivir el tranvía como un atractivo turístico, sino para utilizarlo como un medio de transporte económico y amigable.
"Por su tamaño y trazado, La Plata es ideal para el tranvía. Tiene grandes ramblas y hermosos boulevares donde podría circular sin entorpecer el tránsito regular, pero además agilizándolo, ya que el tranvía puede transportar entre 5 y 18 mil pasajeros por hora con un consumo menor al de colectivo y sin contaminación".
"Así como La Plata fue la primera ciudad probarlos cuando ni siquiera la capital del país los tenía, hoy bien podría ser la que tome la iniciativa de reinstalarlos, como están haciendo las urbes más modernas del mundo", sostiene Aquilino.
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