Las locomotoras a vapor evocan una imagen mental romántica: con una enorme columna de humo saliendo de la chimenea, un fuerte claxon y el sonido del traqueteo. En la actualidad, la tecnología las ha relegado al olvido.
No obstante, algunos nostálgicos se dedican a revivir los viajes a bordo de ellas y para ello han construido parques en homenaje. Es el ejemplo del centro ferroviario vaporista de Ribarroja del Túria que mantiene viva la tradición. Desde 1989, niños y mayores acuden al parque de Maldonado del municipio para subir en una de las minilocomotoras a vapor que recorren los jardines de la zona. Están construidas a escala pero mantienen todos los detalles de las máquinas originales.
El circuito de vapor vivo de Ribarroja del Túria se construyó con el fin de acercar la experiencia a familias enteras de valencianos y turistas. En cada viaje, los trenes recorren un total de 620 metro, desde una estación término y cuatro estaciones de paso (Enllaç, La Llacuna, Túria y Pinar). Además, las máquinas paran por un depósito taller y un depósito anexo donde se guarda el material rodante.
Junto al circuito principal, vías anexas, de sobrepaso, maniobras y estacionamiento, el circuito tiene unos 800 metros de vías y 22 desvíos. Así, los peques y sus familias pueden descubrir los secretos de las máquinas de vapor a lo largo de una pequeña excursión.
Una de las curiosidades que más sorprende a los visitantes es la normativa por la cual circulan los trenes, basada en un reglamento que tenía la compañía NORTE (anterior a la creación de RENFE en los años 40). Las estaciones están intercomunicadas mediante radio-emisores portátiles. Además, el jefe de circulación da las órdenes a los demás jefes de estación y estos solicitan vía libre a los restantes o mediante estaciones.
Cuando hay una gran afluencia de público, los trenes avanzan en el mismo sentido y a la vista de todos, mientras que cuando hay menos gente lo hacen en sentido contrario y realizando los cruces en las estaciones. Siempre se mueven mediante una señalización de tres colores.
Todos los domingos, el parque queda abierto a todos los públicos, de 11 a 14 horas (el cierre puede adelantarse media hora según la afluencia de público). Los sábados, la apertura es sólo para socios y simpatizantes del centro. El resto de días laborables, cualquier grupo o colegio puede solicitar una visita al centro.
Visto el éxito de esta iniciativa, en 1994 se inauguró en Burjassot el tren a vapor del parque La Granja. Con 1020 metros de recorrido más 380 de vías auxiliares, es uno de los grandes atractivos de la zona. Cada domingo las familias se acercan para disfrutar de una jornada sobre uno de estos trenes en miniatura. El horario es de 11 a 13.35 horas. Como pasa en el parque de Ribarroja, los colegios y grupos también pueden acudir por su cuenta a las instalaciones siempre y cuando concierten la cita. Consistirá básicamente en un viaje con inicio y final en la estación de Racó (dos kilómetros de recorrido con una duración de unos 20 minutos).
El parque La Granja dispone de dos edificios de estación, tres placas giratorias, además de un puente mecánico y un túnel, entre otras características pensadas para sorprender a los visitantes. El viaje es gratuito para menores de tres años. De 4 a 14 años y jubilados pagan 0.65 y para el resto vale 2.35 euros.
Mucho más nuevo es el parque temático de la asociación de tren Alcoy-Gandía que abrió sus puertas en 2009. Desde entonces, son miles las personas que se han subido en los pequeños trenes de vapor y han recorrido los casi 500 metros de recorrido. Las locomotoras que funcionan con carbón siempre acaparan la atención de los más pequeños. Todas pasan por las 12 estaciones que recrean un antiguo trayecto de trenes.
Este Parc del Trenet se sitúa en Almoines y ya cuenta con decenas de fieles que han probado a cruzar su recorrido ferroviario.
A juzgar por las caras de los asistentes en cada viaje a vapor, estos parques llegan a convertirse en un entretenimiento que divierte casi más a los grandes que a los pequeños.
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