Los servicios de transporte gestionados por Renfe el año pasado evitaron 299 millones de desplazamientos en coche, 472.000 circulaciones de camiones y 82.300 vuelos. La traducción en términos energéticos supuso que se evitara la emisión de 2,3 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera y que se ahorrasen en consumo energético más de 162.000 toneladas equivalentes de petróleo (Tep).
Los servicios de cercanías son los que consigueron mayores ahorros (816,1 millones de euros), seguidos de los de mercancías (711,3 millones), y por los servicios de alta velocidad-larga Distancia (568,1 millones) y media distancia (202,3 millones).
En cuanto al origen de estos ahorros, los diversos servicios de Renfe evitaron en concepto de accidentes 646,3 millones de euros; por cambio climático unos costes evaluables en 590,7 millones de euros; por contaminación atmosférica, 493,4 millones; a la congestión urbana, 360,9 millones; y a otros efectos, 206,6 millones.
Por ejemplo, en el caso de la alta velocidad entre Madrid y Valencia, última conexión de este tipo que se ha puesto en funcionamiento, el impacto económico por costes externos se traduce en un ahorro de 6,1 millones por cambio climático, 0,7 por contaminación atmosférica, 4,2 por accidentes, y 0,1 por contaminación acústica y por otros efectos urbanos.
Cabe señalar también la diferencia de emisiones de CO2 por viajero en este trayecto Madrid-Valencia, de unos 36,70 kilogramos si se viaja en avión, de unos 31,10 kilos si se viaja en automóvil y de unos 4,52 kilos si se viaja en AVE.
En cuanto a las mercancías, el ahorro de costes externos alcanza los 711 millones de euros, de los cuales el impacto sobre la contaminación atmosférica supone la mayor parte del ahorro, 350,6 millones, seguido de cambio climático, 139,2 millones y de la accidentabilidad, 77,2 millones, y la contaminación acústica y otros efectos, 144 millones.
Los trenes de Renfe permiten estos ahorros al haber evitado la circulación de unos 472.000 camiones por las carreteras españolas durante 2010.
La importancia de los trenes de mercancías resulta significativa en términos energéticos, ya que permitieron en 2010 que no se emitiesen 492.500 toneladas de CO2 a la atmósfera y ahorrar en consumo energético más de 162.000 toneladas equivalente de petróleo.
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