miércoles, 1 de diciembre de 2010

El primer viaje en subte

El 1 de diciembre de 1913 se inauguraba en la Ciudad la primera línea de subte que unía Plaza de Mayo con la estación Miserere.

En 1910 la Ciudad se encontraba en pleno proceso de industrialización. El cambio que más entusiasmaba a los porteños era la inauguración de la primera línea de subterráneo.

Los debates sobre la necesidad de construir un sistema de transportes subterráneos en Buenos Aires comenzaron a fines del siglo XIX, en directa relación con el sistema de tranvías. Éstos operaban desde 1870, y hacia el 1900 se hallaban en una crisis agravada por la monopolización de las empresas, proceso iniciado frente a la electrificación de este sistema.

 En ese contexto surgieron las primeras propuestas y pedidos de concesión para la instalación de subterráneos. En 1909, el Concejo Deliberante de Buenos Aires aprobó el contrato entre el intendente Güiraldes y la Compañía de Tranvías Anglo-Argentina (CTAA) para que ésta construyera y explotara por 80 años tres líneas de subterráneos: Plaza de Mayo-Primera Junta (actual línea A), Constitución-Retiro (actual línea C) y Plaza de Mayo-Palermo (parte de la actual línea D). Fue el Presidente Roque Sáenz Peña, acompañado por el Intendente Municipal Dr. Joaquín de Anchorena, quien inauguró las obras de construcción de la Línea "A", el 15 de setiembre de 1911.

Los diarios de la época comentaron extensamente la marcha de las obras que tardaron 26 meses en llevarse a cabo.

La primera etapa, hasta Plaza Miserere, fue inaugurada el 1º de diciembre de 1913, en la que estuvo presente el presidente Victorino de la Plaza. El 1º de abril de 1914 llego hasta Río de Janeiro, y 90 días más tarde se inauguraba el tramo final hasta Primera Junta, completando un recorrido de 7.035 m, dividido en 14 estaciones. Fue el primero en su tipo en Iberoamérica y todo el Hemisferio Sur. La red se extendió rápidamente durante las primeras décadas del siglo, pero el ritmo de ampliación disminuyó drásticamente tras los años que siguieron a la segunda guerra Mundial.

Fue la única obra de este tipo realizada íntegramente "a cielo abierto". Contó con el trabajo de 1.500 personas y se excavaron 440.000 m3 de tierra que fueron utilizados para rellenar las zonas bajas aledañas al cementerio de Flores y la Avenida Vélez Sarsfield. Fueron necesarios para su realización 31 millones de ladrillos, 108.000 barricas de 170 Kg. de cemento, 13.000 toneladas de tirantes de hierro y 90.000 m2 de capa aisladora.

Los detalles de su terminación, iluminación, ventilación y estética, fueron cuidadosamente elaborados. Se utilizaron distintos colores de azulejos para las guardas de cada estación, al efecto de que quienes no supieran leer pudieran ubicar sencillamente su estación de destino.

En la primera jornada de habilitación al público, viajaron en el Subte 170.000 pasajeros. Un dato curioso es que entre 1915 y 1926, los trenes salían a la superficie y completaban el recorrido hasta Lacarra y Rivadavia.

Actualmente esta línea de subterráneo se caracteriza por conservar sus coches antiguos, las Brugeoise de orígen belga y construidas durante la década de 1910. Combina con la Línea "C" en la estación Lima y con las líneas "D" y "E" en la Estación Perú. De la misma forma, en la
estación Plaza Miserere conecta con el ferrocarril Sarmiento y la línea "H". Hoy los porteños esperan la futura inauguración de una nueva estación que ampliará su recorrido hasta la estación Flores.

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