Al cumplir LA FRATERNIDAD 125 años de vida, nuestro sindicato es un actor fundamental de la rica historia del sindicalismo argentino, y protagonista de los sucesos que marcaron el rumbo del movimiento obrero organizado desde sus inicios hasta la actualidad. Con su fundación, el 20 de Junio de 1887, se constituyó en una de las primeras organizaciones gremiales de la República Argentina al agrupar a los maquinistas y foguistas de locomotoras. LA FRATERNIDAD supo privilegiar internamente el espíritu de solidaridad y compañerismo entre todos sus integrantes, conformando un sólido bloque de unidad en la acción. Constituida como una Sociedad de Ayuda Mutua en sus inicios, hoy como Sindicato, se apresta a festejar sus 125 Aniversario con la convicción que representa haber sostenido su legado histórico, con importantes reivindicaciones logradas en las últimas dos décadas. LA FRATERNIDAD ha conmemorado sistemáticamente como una bisagra de su rica historia, el cincuentenario y centenario de la Organización, pero debido a los múltiples acontecimientos políticos, sociales y económicos que han conformado la realidad de nuestra sociedad y en especial de la industria ferroviaria, entendemos necesario parcializar esa bisagra y conmemorar de manera especial estos últimos 25 años, en los cuales LA FRATERNIDAD afectada por los desencuentros, a punto de casi desintegrarse a fines de la década del ochenta, pudo luego de ese duro trance transformar su organización y recuperarse hasta lograr ubicarse a la vanguardia de los sindicatos de nuestro país, por su protagonismo gremial, el grado y la calidad de las conquistas obtenidas.
1987-2012: Veinticinco años de luchas y realizaciones
A fines de los ochenta y principios de los noventa se produjeron cambios profundos en la política nacional que también transformaron las estructuras sindicales. Con Carlos Menem en el Poder y la aplicación de drásticas políticas neoliberales que provocaron la privatización de empresas públicas, la ya previamente devastada Industria Ferroviaria, se encontró entre sus víctimas y cayó sobre los ferroviarios todo el peso de la Leyes de Reforma del Estado y de Emergencia Económica. Bases fundamentales del proceso neoliberal en curso que acompañado de la flexibilización laboral, propugnada en ese entonces como la solución para la adaptación y modernización de un derecho de trabajo considerado arcaico e inservible: la reglamentación del derecho de huelga, con la nefasta obligación de cubrir los servicios mínimos ante medidas de acción directa, instalándose con fuerza “el mercado“ en la coyuntura política y económica del país ante el cual, el movimiento sindical se debilita y queda sometido a una única estrategia individual de supervivencia organizacional visto el avance neoliberal y la manifiesta debilidad de la C.G.T.
Mientras el liberalismo crecía, LA FRATERNIDAD, sin conducción real e inserta en una lucha interna, afrontaba una desigual confrontación con el modelo en ciernes, resumido en la recordada frase de “ramal que para, ramal que cierra“. Un Gobierno fortalecido por el apoyo popular, la oposición silenciada, los medios dominantes con “Doña Rosa“ como aliados, la C.G.T. autista, la UIA y la Sociedad Rural, fueron demasiado para la rebeldía fraternal. El resultado final fue la completa fragmentación de los Ferrocarriles Argentinos, aplicación compulsiva de los “retiros voluntarios“, eliminación de los servicios de larga distancia, una amplia reducción de servicios urbanos y suburbanos, aplicación de la polivalencia funcional y como resultado final, decenas de miles de ferroviarios perdiendo sus puestos de trabajo. Sólo un veinticinco por ciento de los fraternales que había quedaban activos en una industria diezmada con la histórica “Sociedad del Personal Ferroviario de Locomotoras“, sin conducción, sin proyectos y al punto de su extinción como organización sindical.
A mediados de los `90, con un gobierno de un gran respaldo social producto de la estabilización de la economía, la salida de la hiperinflación y la revaluación del peso, un reducido grupo de fraternales, entre quienes se encontraba el actual Secretario General de LA FRATERNIDAD, avizoraron la salida para la recuperación definitiva de la Organización; soñaron un destino de grandeza para nuestra organización y con esfuerzo y dedicación antepusieron el sindicato a sus diferencias políticas y gremiales. Así constituyeron la herrramienta que aglutinaría a los diferentes sectores en pugna, en una única organización política-gremial, animada de un sólido sentimiento nacional que levantaría las banderas de Justicia Social, Independencia Económica y Soberanía Política que nos legara el General Juan Domingo Perón, y que denominaron “La Confraternidad Ferroviaria Peronista“. Allí comenzaba el verdadero camino de la recuperación, el camino de las conquistas perdidas, el camino de la inquebrantable unidad, el camino de la hermandad entre los fraternales.
La Refundación en Unidad y Organización
El desencantamiento general por la estructura gremial y la dispersión social de los fraternales constituían la resistencia a vencer a fines del `94 cuando un joven, Omar Maturano, era electo como Presidente de la vieja Sociedad. Proveniente de una humilde familia ferroviaria e hijo de un dirigente combativo de base del depósito de trenes de José León Suárez, en la Línea Mitre, traería consigo la impronta de un fuerte liderazgo, doctrinariamente comprometido con las mayorías nacionales y con las nuevas y dinámicas formas de entender y expresar la acción gremial, hechos estos, que serían fundamentales para desterrar definitivamente la diáspora fraternal. Con el total apoyo de la estructura política que brindara “La Confraternidad Ferroviaria Peronista“, se emprendió la ciclópea tarea de desterrar el principio del individualismo al que las empresas concesionarias habían llevado al conjunto de los trabajadores. En ese sentido, la expresión más acabada del liberalismo bajo la forma de la polivalencia funcional, las jornadas extraordinarias de trabajo que superaban en muchos casos las 18 horas diarias, la inclusión de cláusulas convencionales como “los fines compartidos“, la diversificación de los Convenios Colectivos de Trabajo, la destrucción del sistema de capacitación y la sistemática prédica y presiones de las empresas para que no se vuelva al gremio, significaban evidentemente las principales trabas para lograr la recuperación de nuestra organización. Fue a mediados de 1996 con el cambio estatutario que dejó atrás a la histórica Sociedad, en que se constituyó definitivamente el “Sindicato La Fraternidad“, conviertiéndose en una herramienta ágil y dinámica, para la defensa de los derechos de los trabajadores. Por primera vez en la historia de nuestra Organización, un Secretario General era elegido masivamente por el voto de todos los afiliados. Es aquí, donde la figura de Omar Maturano consolidó un liderazgo que progresivamente logró la monolítica unidad de los fraternales y más tarde dignificó la actividad profesional de los conductores de trenes. En los años finales de Carlos Menem y luego con el gobierno fallido de Fernando De La Rúa, se iniciaría la recuperación de las conquistas perdidas, las que se potenciarían a partir del 2003 con los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.
Un Nuevo Tiempo: Los Gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner
La infatigable prédica de LA FRATERNIDAD y sus permanentes propuestas para la recuperación del sistema ferroviario, coincidían con las que proclamaba el Presidente Néstor Kirchner al asumir en 2003, como respuesta a la grave crisis de 2001 que devastó nuestra Nación. El presidente encabezó la refundación del país y su economía, con un coraje que convocó a las mayorías populares, conviertiéndose en un motor inexcusable del imparable proceso de recuperación nacional. Con el correr de los años, la propia actitud militante de los fraternales, sellará el apoyo al programa del gobierno de Néstor Kirchner. Este apoyo y nuestra propia convicción hacen que el gobierno proponga a nuestra organización asumir la responsabilidad de dirigir la Subsecretaría de Transporte Ferroviario, institución imprescindible para el desarrollo gubernamental en la actividad ferroviaria. Con el gobierno de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner se acentúa ese compromiso y nuestro Sindicato interviene decididamente en el definitivo camino de la recuperación de los ferrocarriles. Es así que el Estado crea en 2008 la Administración de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) y la Sociedad Operadora Ferroviaria (SOF), dos empresas estatales claves para profundizar ese camino.
También el cambio de paradigma en nuestra organización posibilitó la realización de diferentes campañas dirigidas a la opinión pública en distintos gobiernos, y vinculadas a la realidad nacional y ferroviaria. Denunciamos con una campaña nacional “La Maldita Reforma Laboral“, que impulsaba el gobierno de La Alianza; reclamamos la estatización del Régimen Previsional; solicitamos la reducción de la jornada laboral y la reconstrucción del modo ferroviario de transporte. También en su momento, supimos defender al indiscutible Líder del Movimiento Obrero, Juan Domingo Perón, cuando fue atacado de manera falaz en las causas abiertas en torno a la Triple A, que constituyeron un inadmisible, indigno y oprobioso ataque contra el tres veces electo presidente de los argentinos. Fiel a su concepción ideológica LA FRATERNIDAD salió a la ciudadanía con el ya famoso slogan “No Jodan con Perón“, pedido que se supo interpretar, lo que determinó que se acallaran las voces que atacaban al recordado General. Muchas de esas demandas y reivindicaciones pendientes fueron desarrolladas por los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, después de 2003, una verdadera refundación del Estado Nacional y un nuevo comienzo de época.
La recuperación de conquistas que formaban parte del proyecto gremial del Sindicato LA FRATERNIDAD se realizaron desde el 2003 en forma paulatina, pero progresiva.
En principio debemos revalorizar el logro de la reducción de la jornada laboral que significó una enorme conquista, al dar respuesta contundente a la afectación por estrés postraumático que soporta el personal de conducción de trenes, ante los reiterados accidentes a los cuales están sometidos en su tarea diaria. Esto último, sumado a nuevas conquistas convencionales permitió que se duplicara la masa activa de nuestros afiliados, con el ingreso de cientos de compañeros jóvenes. Un hecho trascendente, porque está “marcado a fuego“, en los orígenes mismos de LA FRATERNIDAD, fue la recuperación del sistema de capacitación profesional que funciona a lo largo y ancho del país, cumpliendo así con un legado histórico inclaudicable.
Como demostración de que nuestra Organización jamás abandona a nuestros Jubilados y Pensionadas, producto de una larga lucha con miras a obtener una recomposición de los haberes jubilatorios, se logró finalmente recuperar una conquista muy cara a los sentimientos de los fraternales: reflotar la vigencia del Decreto 662/81 y la Resolución 406/89 a partir de enero de 2004, lográndose posteriormente un aumento en los coeficientes que se aplican sobre las citadas normas, lo cual, indudablemente, adquiere una incidencia muy importante sobre los haberes que perciben nuestros mayores, y que no sólo ha beneficiado a los compañeros fraternales, sino también a los compañeros ferroviarios en general.
En la faz institucional, nuestro Secretario General, trabajó incansablemente en la conformación de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) y de la Federación Ferroviaria Argentina, herramientas estratégicas para lograr que el Estado implemente definitivamente una Ley Federal de Transporte, que permita que el modo ferroviario goce de un presupuesto de por lo menos 40 mil millones de dólares aplicables en 12 años. Presupuesto que deberá ser aprobado por el Congreso Nacional, para que se convierta en una “Política de Estado“ definitiva para los futuros gobiernos, convirtiéndose de esta manera en una herramienta funcional a la reconstrucción ferroviaria de manera integral y planificada.
Como lo hacíamos periódicamente también reclamábamos en todos los medios periodísticos, que la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) pueda cumplir eficientemente con sus funciones específicas de control de la actividad de las empresas ferroviarias, mediante las necesarias medidas que minimicen los riesgos de accidentes, tras décadas de desinversión en infraestructura y material ferroviario. Lamentablemente el pasado 22 de febrero, amanecíamos perplejos junto a toda la sociedad ante uno de los accidentes más trágicos de nuestra historia: “La tragedia de Once“. Esto provocó un profundo dolor en todos los fraternales; años de lucha, reclamos y advertencias fueron desoídas, por décadas de desidia estatal e irresponsabilidad empresarial. Todos los compañeros fraternales salieron junto al Secretariado Nacional para defender a nuestro compañero conductor, otra víctima del grave accidente en la Estación Once. Los fraternales hicieron suyos el dolor de las familias y las víctimas ocupan un lugar en la memoria histórica de nuestro Sindicato.
Desde el 2003 los gobiernos de los presidentes Néstor y Cristina Fernández de Kirchner, hicieron esfuerzos fundamentales para recuperar la industria ferroviaria en algunos sectores y ramales ferroviarios, éstos resultan todavía insuficientes por un abandono de más de cincuenta años. Necesitamos más y mejores medidas concretas, una fuerte política de Estado que definitivamente le otorgue al ferrocarril un lugar importante dentro de los esquemas y estrategias al servicio del desarrollo nacional, con un Plan de política Ferroviaria, el marco jurídico adecuado y la necesaria innovación tecnológica que logre incrementar en forma urgente la seguridad y la confiabilidad en nuestro modo de transporte; el ferrocarril es la palanca insustituible para la Argentina que queremos y nos merecemos todos los argentinos. Esperamos que la reciente creación del Ministerio de Interior y Transporte, cumpla con este objetivo estratégico para toda la comunidad nacional.
El 125 aniversario de LA FRATERNIDAD encuentra a nuestro Sindicato y a la familia fraternal firmemente unida, amalgamando juventud con experiencia, con el joven e indiscutido liderazgo de nuestro Secretario General, que ha trazado un camino con importantes realizaciones en Unidad y Organización. Los desafíos continúan y con la militancia de todos los compañeros lograremos la grandeza de nuestra industria, que será en definitiva la de la Patria toda, convencidos que como nos legara Juan Domingo Perón “Para un Argentino no hay nada mejor que otro Argentino“.
“Una Argentina sin trenes, es una Nación sin futuro“
En este día de celebración, estrechamos con un cálido y fraternal abrazo militante a la gran familia ferroviaria.
Por el SECRETARIADO NACIONAL
CARLOS D. VISCIARELLI OMAR A. MATURANO
Secretario de Hacienda y Patrimonio Secretario General
Sec.Gral./lrt
Fuente: http://www.lafraternidad.org