martes, 11 de octubre de 2011

Informe advierte riesgo de caída de tren sobre ruta a Caldera


Incofer aseguró que no utiliza la vía para traslado de personas ni carga
Autopistas del Sol declinó referirse al tema y dijo no conocer informe del CFIA




“En algunas zonas no se cumple el derecho de vía establecido y no hay obras de protección. En caso que un tren tenga problemas y se descarrile puede caer en la ruta 27”.



Así de claro concluye un informe del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA), en relación con el derrumbe en el kilómetro 46 de la carretera a Caldera (ruta 27).

El problema se suscitó entre Escobal de Atenas y Orotina, en Alajuela, el 1.° de setiembre anterior. En ese punto, a 40 metros de altura sobre la calle, pasa la línea del tren que comunica al Pacífico.

El CFIA hizo el estudio el 7 de setiembre pasado, luego que se presentara el deslave de 2.500 metros cúbicos de material.

La falta de barandas protectoras justo al borde del talud por donde pasa el ferrocarril, es la principal preocupación de este colegio profesional y el Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer).

A esto se suma la inestabilidad de los muros sobre los cuales descansan los durmientes y rieles.

Olman Vargas, director ejecutivo del CFIA, confirmó el alto peligro de un accidente con el tren.

“En varios puntos donde pasa la línea del tren parece lógico colocar barreras protectoras. Porque, si el tren presenta un descarrilamiento, puede caer al talud de la carretera. Sin embargo, esas medidas no se observan”, aseveró Vargas.

Por su parte, Miguel Carabaguíaz, presidente ejecutivo del Incofer, también externó su preocupación por este asunto y descartó que se esté utilizando la vía para el traslado de personas o materiales.

“Solo enviamos vagones vacíos hacia Caldera por la incertidumbre que existe con la estabilidad del lugar”, agregó.



Se consultó a representantes de Autopistas del Sol, concesionaria de la ruta 27, sobre el informe. No obstante, por medio de la oficina de prensa, indicaron que no harían comentarios sobre el tema y adujeron desconocer el estudio.

Recomendaciones. El informe es claro al indicar que existen fallas en la zona, que no solo ponen en peligro el trayecto del tren sino también a la carretera.

Vargas consideró importante hacer mejoras en los taludes, pues dijo que carecen de obras complementarias que los hagan seguros.

“Los taludes deben ser estabilizados de mejor manera porque aún faltan por hacer muchos trabajos en manejos de aguas y en los esquemas de estabilización”, afirmó.

Cabe mencionar que donde ocurrió el deslizamiento estaba recubierto con concreto lanzado.

Además, el director del Colegio hizo ver la necesidad urgente de construir una contracuneta justo al lado de las líneas del ferrocarril.





“Como una recomendación del equipo técnico, la colocación de contracunetas entre la línea del tren y talud es útil”, mencionó.

Cuando se presentó el derrumbe, a principios de setiembre, la concesionaria atribuyó la responsabilidad de los problemas en el talud al Incofer.

Según señalaron, la falta de mantenimiento de las cunetas por parte del Instituto causó que gran cantidad de agua cayera sobre los muros de concreto lanzado y provocara el deslave.

Sin embargo, Carabaguíaz destacó que el estudio libra al Incofer de la responsabilidad de los derrumbes de hace un mes. “Todo este sector donde ocurrió el derrumbe fue trabajado por la concesionaria”, alegó el funcionario.

El mismo Vargas apoyó la posición del funcionario de gobierno. Dijo que las cunetas a las que el Incofer debe dar mantenimiento no tenían indicios de que estuvieran obstruidas, y tampoco la línea.

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