miércoles, 14 de septiembre de 2011

Trenes: puja Nación, Ciudad y Justicia impide bajar accidentes


Por Patricia García.-

• SIGUEN DEMORAS EN SOTERRAMIENTO DEL SARMIENTO.
• DICEN QUE AMPAROS PARAN OTRAS OBRAS


El accidente en las vías del Ferrocarril Sarmiento, que en la Ciudad de Buenos Aires corre paralelo a la avenida Rivadavia, desempolvó la necesidad, y el retraso, del mentado soterramiento del tren, una obra que recién comenzó su previa ejecución este año. La conmoción dio también pie al ministro porteño Guillermo Montenegro para lamentar que por amparos judiciales el Gobierno deMauricio Macri no pudo continuar con la construcción de los llamados «sapitos», túneles en los pasos a nivel. Pero el reclamo del ministro fue rápidamente refutado, ya que no contemplan esas construcciones la línea de tren donde ayer ocurrió la tragedia (ver nota aparte).

Sobre el soterramiento del Sarmiento, los porteños comenzaron a tener noticias y casi a conocer su significado hace once años, cuando lo propuso por entonces el exjefe de Gobierno Aníbal Ibarra, no bien asumió su primer cargo.

El dominio del transporte en el territorio porteño es complejo, al punto de que sólo una línea de subtes quedó en manos del Gobierno nacional para su expansión, la E, que está en proceso de extensión hasta Retiro, aunque ninguna de las otras está totalmente transferida a la Ciudad. Más complicado es el control de las líneas de colectivos, donde la Ciudad argumenta que sólo puede tener injerencia en las que recorren exclusivamente el distrito; el resto está bajo la órbita nacional, una división geográfica que, del lado porteño, muchas veces sirve de sustento para que varias normas no se cumplan.

El caso de los ferrocarriles es similar; están bajo dominio de la Nación, pero esto no excluye que la Ciudad deba contemplar obras para su mejoramiento.

Así se habló una década del soterramiento, que finalmente se licitó, y concedió, en 2008, dos años después del anuncio que hizo el expresidente Néstor Kirchner: para dejar al nivel de la calle las vías desde el partido bonaerense de Moreno hasta el barrio porteño de Caballito y de allí hasta Once, se haría una trinchera, es decir una cubierta. Es un emprendimiento que transformará la Ciudad, ligando los barrios hoy partidos por la barrera arquitectónica que conforma el paso del tren, además de evitar demoras y accidentes fatales como el de ayer. Precisamente, en los considerandos del emprendimiento, cuando se llamó a licitación, se da cuenta de unas 700 muertes en 10 años en los cruces de vías. Ayer se agregó otra cifra cruel.

En algo coincidieron, esta vez (aún con errores) los funcionarios kirchneristas con los macristas. Mientras Montenegro se quejó de los amparos, el secretario de Transporte de la Nación, Juan Pablo Schiavi, también lamentó que la audiencia pública hubiera impedido obras.

A lo largo de poco más de 8 kilómetros, el Sarmiento, dentro de la Ciudad, cuenta con gran parte de las cien barreras que hay en el distrito, las que muchas veces presentan deficiencias. Para el próximo mes se anuncia el principio de la realización de cinco puentes en la provincia de Buenos Aires, como complementos de la obra general que arranca ahora desde Haedo hacia la Capital Federal, lo que demandaría cuatro años más para su conclusión. En la obra se emplearán dos tuneladoras para abrir 11 metros de diámetro, a una profundidad promedio de 22 metros, y se calcula que se gastarán alrededor de $ 5.000 millones. Schiavi dijo ayer que ya llegó al país, desde Alemania, una tuneladora que pesa 2.100 toneladas.

Ante el accidente, el funcionario K, que también fue secretario de Obras Públicas de la Ciudad, explicó que «se quiso hacer un paso bajo nivel, pero la audiencia pública dio negativa porque los vecinos no querían un túnel».

Montenegro se quejó de más de una docena de amparos de vecinos y ONG contra los sapitos. Le replicó el defensor del pueblo porteño, Gerardo Gómez Coronado, asegurando que «no abarcan a la línea ferroviaria Sarmiento».

El defensor, quien acompañó los amparos, dijo que sí los hubo y «han tenido acogida judicial favorable, sobre los túneles de bajo gálibo (sapitos) que pretende construir el Gobierno porteño en los barrios de Devoto, Núñez y Urquiza sin eliminar ninguna barrera existente y que sólo servirían para tránsito liviano» y remarcó que contra el soterramiento «no hubo ningún amparo».

Mauricio Macri prefirió expresar sus condolencias a los familiares de los fallecidos, sin aludir a puja alguna, pero el Gobierno porteño difundió un comunicado señalando dónde le fueron interrumpidos sapitos por orden judicial, y reclamó realizar cruces para evitar otros accidentes.

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